Asesino

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El día parecía que no iba a acabarse, miles de actividades tontas para un fin un tanto impreciso, me la pase quejandome en mi mente y raras veces viendo a Kari y en ella solo note algo extraño, ya sea para el desayuno, el almuerzo y la cena ella no se quitaba sus guantes lo que me hacia pensar que ocultaba algo. Al llegar la noche, prepare mi cámara y espere a que lo chicos se durmieran para poder escabullirme, salí fuera de la cabaña y me senté en un tronco esperando la llegada de Kari, mire hacia el frente y el espectáculo de los rayos de luna estaba empezando, tome una foto sin flash y aun así salió una muy notable, iba a tomar otra pero oí el silvido de Kari señalando que había llegado.

- Hey, no silves, nos pueden descubrir y quien sabe lo que nos harán. - Me miro preocupada.
- No creo, no seas negativo. ¿Que tal si vamos de nuevo hacia el árbol?. - Asentí y comenzamos a caminar mientras ordenaba las palabras en mi mente. - Sabes, siento que nos parecemos mucho. - La mire sorprendido, ya que yo pensaba igual.
- Siento lo mismo. - se echo una risita.
- ¿Y de qué querías hablar?. - Mire mi camino mientras respondía.
- Nada, solo quería charlar contigo. - Llegamos a la bajada. - ¿Te molesta si te tomo una foto?.
- ¿Eh?. - Me miro sorprendida. - Ehmm, esta...esta bien. - Miro a la lente y saque la foto, su rostro era iluminado por la luna, parecía un angel, uno de la noche. - Bajemos.
- ¡AHHHHHH!. - El grito de una chica llegó a nosotros, sin pensarlo dos veces corrimos a toda velocidad hacia donde venia.
- ¡Se escucho entre la cabaña 14 y 15 del sector de las mujeres, vamos!.
- ¡Si!. - Kari se notaba nerviosa pero al mismo tiempo valiente.

Al llegar a las dos cabañas vimos a siete muchachas petrificadas frente a la cabaña 14, cuando nos vieron se escondieron detrás nuestro con mucho temor.

- ¿Qué sucedió?. - Pregunto Kari a una de las chicas.
- ¡Un asesino entro a la cabaña y mato a 45!. - En ese instante la puerta de la cabaña se abrió y salió una persona con saco en la cabeza con tres botones cocidos al mismo.
- ¿Quién eres?. - Di un paso al frente mientras que las chicas se preparaban para correr. - Asesino. - Entonces el sujeto pareció haberme escuchado y a toda velocidad salió corriendo del lugar.

Al pasar unos minutos, las luces de las linternas de los monitores dieron con nosotros, pero justo en ese instante yo había entrado a la cabaña y contemple el cuerpo de una muchacha de la misma estatura que Kari en el suelo con el rostro desfigurado sobre un charco de su propia sangre, parecia que el asesino la golpeo con algún objeto hasta la muerte, con mucha ira supuse. Rápidamente me sostuvieron y me sacaron del lugar cuando me encontraron pensando que había sido yo, las chicas les explicaron lo que había ocurrido y me soltaron, luego nos llevaron al centro de la isla y nos hicieron esperar en una banca. Cada uno de nosotros entro unos minutos en un cuarto y luego salían para ir a sus respectivas cabañas, parecía que nos estuvieran interrogando, entonces llegó mi turno, mire a Kari y le sonreí para que no se preocupara tanto. El cuarto era blanco y solo había una mesa de metal y dos sillas, una enfrente de la otra respectivamente, el muchacho con el que iba a hablar era el mismo que causo terror en el desayuno. Traía anteojos, era rubio de ojos oscuros, y su sonrisa era tan demente que me daba enojo mirarlo.

- Disculpame que tengas que pasar por esto, sé muy bien que lo que viste fue aterrador. - ¿Quién creía que era yo?. - Pero si queremos atrapar al culpable vas a tener que contarmelo todo de principio a fin.
- No tengo problema. - Me miro a los ojos.
- Primero lo primero. ¿Cómo era la apariencia del criminal?. Según los testimonios de las chicas tú lo viste y le dijiste algo.
- Traía un buzo, no se de que color, su vestimenta apenas se podía distinguir con las luces de la cabaña apagadas, lo único que pude ver bien fue que traía puesto un saco con tres botones rojos cocidos al mismo. Le había preguntado por su identidad, luego lo llame asesino y salió corriendo. - Suspire. - Como vi el cadáver creo que fue hecho con ira, quizá el sujeto tenia algo contra ella. - Me miro interesado.
- Oh, pareces un detective, bien hecho, eso mismo pensé yo también al ver el cadáver, pero quien sabe. ¿No tienes idea de quien podría hacer algo asi?.
- Solo conosco a mis compañeros de cuarto y a 66, y hasta donde sé, ninguno de ellos seria capaz de hacer algo así.
- Bien. Una última pregunta. ¿Qué hacían tú y 66 a esas horas de la noche?. - Primero pensé en mentirle pero si decía alguna estupidez podría corroborarlo con Kari y no solo caería yo, también ella. No tenia salida de ésta.
- Fui a ver a 66 a su cabaña, la desperté y cuando salió a ver quien era escuchamos el grito y salí corriendo para ver lo que sucedió al igual que ella. - Hable lo mas serio posible.
- Ya veo, pero como me lo cuentas parece como si quisieras cubrirla. - Un escalofrío recorrió mi cuerpo. - Por si lo olvidas tengo tu cámara, y el lugar donde posa 66 no es exactamente su cabaña. ¿Qué haré con ustedes cuando sepa que lo que me dices es mentira?. - Mire hacia abajo pensando en que mas decir. - Quizá podamos hacer un trato. - Lo mire detenidamente.
- ¿Qué clase de trato?. - Me sonrió sombrio.
- Aquí en el campamento lo justo es la ley, no podemos dejar pasar las mas mínimas irregularidades, siempre debe haber un castigo, tanto para ti como para ella. Pero en este caso, podría hacer una excepción ya que me caíste bien. ¿Te parecería tomar el castigo de 66 también?. - Apreté los dientes.
- Esta bien.

Salí del cuarto y me llevaron a otro en lo que Kari me miro muy preocupada, no podía hacer nada mas que dedicarle otra sonrisa mientras la perdía de vista. Entre en un cuarto blanco igual que el anterior pero solo habia una silla de metal diferente bajo un foco que se movía de aquí para allá. Me sostuvieron entre dos y sin poner resistencia me hicieron sentar, me ataron de manos sobre el apoya brazos y los pies a las patas, no quería demostrar debilidad así que me aguante los nervios, hasta que llego el monitor de anteojos y cerraron la puerta dejandonos solos.

- ¿Todavía no te dije mi nombre?. - Me reí, en ese momento me importaba una mierda quien fuera. - Mi nombre real es Hardy Miles, no tengo número pero si tengo una letra al igual que todos los monitores, me puedes llamar S.
- Ya veo. Los altos mandos son nombrados por letras, pero al escuchar la tuya detecto que se dividen por rangos, y usted es el mayor, ¿me equivoco?. - Sonrió mostrando los dientes.
- ¡JAJAJAJAJAJA!. Me caes jodidamente bien, de verdad, tendriamos que ser mejores amigos. - No aguante en soltar una risita.
- Yo no lo conozco, pero a simple vista puedo ver lo demente que esta. - Su sonrisa se encogió. - ¿Me podría decir que sucedió con aquel muchacho que se habían llevado?.
- Oh, eso no debería preocuparte, ahora mismo debería estar soñando con los angelitos en su cabaña. - Me imagine el castigo que le espero.
- ¿Qué le hicieron?. - Saco de su bolsillo una caja de cigarrillos.
- Te dije que no deberías preocuparte, y menos ahora que comenzaremos con tu castigo mi amigo. - Prendió uno de sus cigarrillos y comenzó a fumarlo. - Dime, ¿recuerdas alguna de las preguntas del examen?. - Asentí. - Vamos a haver el examen otra vez, 5 preguntas para ti y otras 5 para 66, pero como no se encuentras harás tú solo las 10. Cada vez que respondas mal, te dejare un feo recuerdo, y si respondes bien tendrás un respiro. - Me puse mas nervioso. - Nombra tres colores que pienses van bien juntos; A) Verde, rojo y amarillo. B) Azul, blanco y gris. C) Blanco, amarillo y negro. D) Rojo, violeta y carmesí. - Tenía buena memoria y recordaba esa.
- C. - Frunció los labios.
- Error. - Se acerco y sin pensarlo dos veces quemo mi brazo con el cigarrillo que estaba fumando.
- ¡AHHHHHH!. - Mis gritos inundaron la habitación, el ardor era insoportable y no podia ni tocarlo para calmar el dolor con las manos atadas. - ¡Desgraciado maldito!. Desde el momento en que supe de este lugar sabía que algo andaba mal, no me parece raro que el monitor de mayor rango sea un maldito sádico. - Se echó una risa y me miro maléficamente.
- Uii, eres divertido, quiero saber que mas dirás esta noche. Tomó y encendió otro cigarrillo. - Siguiente. ¿Qué significa el libre albedrío para ti?. A) Tener control sobre tu vida. B) Dejar tu vida en manos de alguien mas. C) Liberar la vida de otros y la tuya. D) Libre decisión y pensamiento. - Agache mi cabeza.
- C. - Se puso frente a mi.
- ¿Otra ves?. Deberías pensar en adivinar. - Quemó mi otro brazo con su cigarrillo nuevamente. Se sintió mucho peor que el anterior.
Yo elijo la respuesta que quiera. - Respondía desafiante.

Cada vez que respondía mal quemaba mis brazos sin ninguna pizca de culpa, como si ya hubiera hecho esto varias veces, ademas, esa noche no pude responder correctamente ninguno de sus cuestionamientos, el ardor destrozaba mi piel y sentía que el fuego se deslizaba dentro de mi carne incinerando mi sangre, así estuve toda la noche hasta que termino mi "mini examen". Sus risas eran tales que me hacían preguntarme con mucha ira, ¿en qué carajos estaban pensando el gobierno y nuestros padres al entregarnos a este sujeto?. Al terminar con mi castigo me desataron y caí al suelo sin fuerzas, mi voluntad era poderosa pero mi cuerpo no lo aguanto así que me alzaron en brazos y me llevaron a mi cabaña y al llegar a ésta los chicos aun seguían despiertos, estaban esperandome, los monitores me pusieron sobre mi cama y se fueron sin decir nada. Al cerrar la puerta ellos se acercaron a mí preocupados.

- Mierda, ¿qué te hicieron?. - Hilu se veía molesto y los otros dos estaban asustados. Aun podía hablar en ese momento.
- Tenemos...que salir de aquí. - Me quede dormido en el acto.

El Árbol y el PrisioneroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora