Flashback.
-Fíjate por donde caminas-dije después de chocar con alguien provocando que mis cosas cayeran al suelo.
-Am... lo siento-me agaché para recoger mis cosas y la persona hizo lo mismo para ayudarme, era un chico asiático-Estaba distraído.
-Si, lo noté-comenté divertida al ver el nerviosismo en su rostro.
-Déjame ayudarte-tomó algunas cosas del suelo-Por cierto, soy Glenn.
Extendió uno de sus brazos en saludo y una playera que había recogido cayó nuevamente, solté una carcajada y tomé su mano.
-Danielle-respondí para después recoger la playera-Eres coreano ¿verdad?
Glenn sonrió.
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-Danielle tengo que hablar contigo-Shane me llamó junto al Jeep de Carol, la mujer de pelo corto quien tenía una hija llamada Sophia y un esposo insoportable.
-¿Por qué está Glenn aquí?-levanté una ceja y me crucé de brazos.
-La comida esta empezando a terminarse y sabemos que la gente hambrienta tiende a perder el control con más facilidad-nos miró a ambos-Los llamé porque, sé que es complicado pero ustedes son los más ágiles y tú, Danielle sabes como disparar un arma.
-Se directo Shane.
-Quiero que vayan a la ciudad por comida-abrí mis ojos al igual que el coreano, estaba por replicar cuando siguió hablando-sabemos que está invadida por esos...caminantes y que es muy posible que haya alimentos ya que no le dio tiempo a la gente de saquear la ciudad.
-Es extremadamente peligroso Shane, ¿no podemos ir a otro pueblo?-cuestioné.
-Hemos revisado lo más cercano y no hay nada. Sé que no está bien pedirles que vayan y arriesguen sus vidas, pero ustedes tienen la capacidad de hacerlo-tragué saliva y miré a Glenn, quien también estaba nervioso, las manos empezaban a sudarme. Entrar a Atlanta era un suicidio, todo estaba plagado por los muertos o caminantes como empezamos a llamarlos, ya que lo único que hacen es caminar... y comer. Pero Shane tenía razón Glenn y yo eramos (probablemente) los más capaces de ir y regresar sin ningún daño colateral, además esto era por las personas que esperaban aquí, con la esperanza de que todo mejorará.
-¿Elle?-Shane me regresó del trance.
-Iré-miré a Glenn-Si no quieres ir, está bien. Estoy segura de que sólo me estorbarías.
-No te dejare sola-ignoró mi broma y me respondió, yo sonreí, Glenn se había convertido en un gran amigo para mí-Iremos.
-Está bien, chicos-el policía interrumpió nuestro momento-Preparen sus cosas, mañana temprano les daremos un vehículo, manejarán hasta las afueras de Atlanta y lo dejarán ahí, si entran ahí con él será como tocar la campana de la comida.
-Bien-respondí y Shane asintió antes de irse.
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Estaba en mi tienda con las manos detrás de mí cabeza observando el techo de esta cuando escucho el cierre, el coreano entró y se sentó. Yo me incorporé y puse una mano en su hombro.
-Estás nervioso por ir a Atlanta ¿cierto?-hice una mueca y este me miró, pude ver el miedo en sus ojos, supongo que yo me encontraba de la misma manera pero no me molestaba en mostrarlo-aunque no lo demuestre, me siento igual.
-No quiero morir-admitió-Digo... aun me faltan muchas cosas por hacer, soy joven. Tengo que conocer una chica y casarme, si es que se puede en estos tiempos. Lo siento no estoy pensando con claridad.
