Nymphet Club (Editando)

Capítulo 7: Profesor Antonio

¿Cuándo dijiste que volverías?

Mañana, Lisa. Y pensar que me pude ahorrar
días de esta tortura.

¿Y qué pasó?

Tuvimos un problema con el auto,
pero no es nada. Ya lo han arreglado. Lo bueno es que me he perdido toda una semana de clases. Genial, no?

No me refería a eso.
¿Estás... bien?

Me siento horrible.
Pero te contaré cuando nos juntemos.
No quiero hablar de eso ahora,
y menos por chat.

Ya, ya.
Cómo es que tienes internet??

Nos quedaremos esta noche en un Motel
acá en la carretera...

Por casualidad no se llama
¿¿Motel Bates??

Muy graciosa...

Y cómo eligieron habitaciones?

Bueno, yo con papá y mi hermano.
Mamá con mi hermana y Daniel.

Tengo irme, mándale saludos a tu familia
y muuchos abrazos al pequeño Luis.
Por si acaso, no te has perdido de nada en clases.

Lisa cerró la aplicación inmediatamente después de despedirse de Anastassia. Su familia había tenido problemas con el auto y volverían el viernes. Mientras Lisa estaba preocupada por ella, ella no le había preguntado cómo estaba ni una sola vez. Estaba llorando, estaba sola en su habitación luego de que su padre había dicho, dolido profundamente que lo estaba decepcionando. Decepción. Ella también lo sentía de sí misma, pero era diferente. Era su padre, la persona que más amaba en el mundo. La persona a la que ha estado mintiendo. ¿Valía la pena? Ya no lo sabía. Anastassia se fue por unos días y su cabeza estaba hecha un lío. Y es que estaba mal, era un desastre. Sus calificaciones ahora eran un desastre. Y la peor parte es que fue a propósito. El teléfono de Lisa sonó.

—Oye, que te mandé un mensaje y no respondes. Es que casi se me olvidaba, mañana vas a conversar con el profe, ¿Cierto?

—No lo sé, An. No lo sé...

—¿CÓMO? Vamos, que ya tienes todo listo. Ya hablamos de esto, sabes que le vas a decir. Y sabes que aceptará.

—Es que no entiendes, no puedo. Tengo que subir mis notas y olvidarme de todo esto.

—¿Es que me voy unos días y te olvidas de todo el esfuerzo que le has puesto?

Lisa no contestó.

—Escúchame. Es tu decisión. Si lo haces estoy segura que obtendrás un sí. Si no lo haces, habrás desaprovechado la oportunidad. Ya bajaste tu promedio, está todo listo.

—Bien...

—¿Bien?

—Bien.

Anastassia cortó. Lisa miró el techo. Su padre estaba sentado en la cocina tapando su cara con las manos y Lisa lloró otra vez.

A la mañana siguiente Lisa se levantó un poco más temprano. Se bañó lentamente, se humectó el cuerpo, se puso loción, peinó su cabello con cuidado. Y esta vez no lo amarró en una coleta. Su padre no la llamó ni una sola vez pero aún así la esperaba con el desayuno listo. Se maquilló levemente intentando mantener sus ojos secos y evitando pasar largos tiempos mirándose al espejo. No se sentía bien como para enfrentarse a ella misma. Su uniforme estaba limpio, y trató de sentirse igual.