Parte.8. Adiós...

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Larisa entro a la casa, luego de despedir a Alexia en el aeropuerto. Se fue directo al estudio de Christoph, donde él trabajaba, ensayando algún solo. Entro y lo miro largamente, el estaba sentado con sus baquetas, frente a su ordenador, donde controlaba la acústica y la armonía que tocaba, se veía tan concentrado, tenía la mirada entregada, que mostraba en sus conciertos, esa mirada que ella adoraba. Ahora no la miraba a ella, de ninguna forma. No podía creer que lo quisiera tanto. Le dolía la forma, en la que él la trababa últimamente. Decidida a salvar su relación. Fue directa hacia él.

- ¿Christoph podemos hablar?

- ¿No puede esperar? estoy ocupado.

- ¡No¡ no puede esperar, es de ti, de mí y de nuestro hijo.

Doom la miro resignado, dejo la computadora y las baquetas en los que trabajaba. No quería esa conversación. ¿Aclarar qué? Quien era el problema en esa relación, solo sabía, que no podía hacer frente a otra conversación donde el saliera perdiendo. No se sentía con fuerzas, para escuchar que solo la unía a él, el bebe que esperaban, la costumbre, el cariño o la calidez, pero no amor. No podría soportarlo de Larisa no. Por más que quiso no pensar en ese día, en su silencio, ante ese hombre, al que ella había querido tanto, no podía dejar de darle respuesta, a la interrogante, que ella no quiso o no supo contestar ese día.

- ¿Aún quieres casarte conmigo? ¿Aún me quieres en tu vida Christoph? - Pregunto ella.-

- ¡No entiendes¡ lo que me está matando, es que tú no quieras estar en ella.- Contesto él en tono molesto.-

- ¿Por qué piensas eso? Cómo puedes...

- ¡Te quedaste callada¡ y ese idiota se fue pensando lo mismo que yo. Que no estás segura de qué o a quién quieres.

- ¡Eres tu¡ ¡Tú eres lo que más amo en la vida¡

- ¡No¡ ¡no es cierto¡ ¡soy lo único que tienes a la mano¡ ¡eso soy yo¡

Larisa se llevo la mano al pecho, sentía que le faltaba el aire. El no pensaba eso, no podía estar pensando eso. Bien había obtenido una respuesta, salió del estudio directo a su cuarto, iba a recoger sus cosas, las de su bebe y se iría. Se dirigió pesadamente al cuarto, empapada en lágrimas y sudor. Sintió en su vientre agudos aguijonazos, un fuerte dolor como si la estuvieran partiendo en dos. Así la encontró Christoph, que había salido tras ella. Con su cara contraída de dolor, sujetándose el vientre fuertemente, supo lo que pasaba, sin pensarlo la tomo en brazos y corrió con ella al hospital. Al llegar la colocaron en una camilla. Larisa lo único que podía pensar, era en su bebe. Le preguntaba al doctor que en ese momento la examinaba.

- ¿Va estar bien? ¿mi bebe va a estar...? - Mascullaba ella desesperada.-

El doctor la miro y le dijo que haría todo lo posible, porque los dos salieran de eso, que se calmara. Que respirara hondo. Ella lo hizo, Christoph estaba junto a ella, respiraban acompasados. De repente Larisa se quedo inmóvil en la camilla, por un momento el sintió un gran terror, de no volver a verla abrir sus hermosos ojos verdes otra vez.

- Por favor quédate conmigo.- Le gimió él.-

Pero Larisa ya no escuchaba. Pasaron horas angustiosas. Para un desesperado Christoph, que a esa hora estaba rodeado de su familia. De Inma, Flake, Ollie y Matthias, que habían llegado en cuanto se enteraron, Ivana y yo también estábamos ahí.  Menos Till, Paul y Richard, que nadie sabía dónde estaban. Hasta Alexia se había mantenido en contacto vía telefónica, y me llamaba cada tantos minutos, para enterarse de la situación de Lari.

El doctor que la atendía, finalmente salió y dijo, que había sido una amenaza de aborto, pero habían logrado controlarlo. Ella y el bebe se encontraban bien. Pero Larisa debía guardar reposo absoluto. Que ahora estaba bajo los efectos de sedantes. Que cuando despertara podíamos pasar a verla. Cuando se supo que todo estaba bien. Los familiares, los miembros del grupo y todos los demás. Nos retiramos. Poniéndonos a la orden por cualquier cosa.

Feuer und WasserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora