Capítulo 24: El chico con las alas en la espalda.

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Los caballos corrían hacia una sola dirección.
Las miradas enfocaban un sólo objetivo.
Las espadas apuntaban hacia un sólo titán.

Una vez fuera del restaurant, nos dirigimos al auto del señor Levi. Hice todo lo que estuvo a mi alcance para no quedarme dormida pero, con los audífonos puestos y el aire fresco acariciando mi cara, me fue imposible resistirme.

- ¡(TN)!, ¡(TN)!- escuché que gritaban mi nombre, mas no podía moverme. Abrí mis ojos lentamente, cansada. Tenía la boca entre abierta y sentía un pequeño dolor casi imperceptible bajo mi ojo derecho; supuse que sería una pequeña herida. Con el poco movimiento que me permitía hacer mi dolorido cuerpo, miré a ambos lados y vi mis espadas a una distancia considerablemente lejos de mí.- ¡(TN)!- seguían gritando mi nombre. ¿Por qué no respondía?, era tan fácil como abrir la boca y gritar. Entonces, ¿por qué no lo hacía? Quizá el árbol que me aplastaba me estaba quitando las fuerzas. Mi instinto de supervivencia me estaba fallando... o se estaba cansando de todo esto.- ¡(TN)!- la voz cada vez se escuchaba más lejos. Tenía que intentarlo. Tenía que hacer algo. Tenía que demostrar que seguía con vida, que seguía peleando. Con ayuda de mis brazos me estiré para liberar mi estómago del gran peso que, literal, llevaba encima y tomé aire. Grité.

Desperté sobresaltada. El cielo estaba oscuro y la luna brillaba resplandeciente, opacando el brillo de las estrellas aspirando a ser como ella. No sabía con exactitud dónde nos encontrábamos pero había varios edificios con varias habitaciones y muchas luches encendidas: hoteles.

- Nos hospedaremos en el hotel donde trabaja un amigo. En la mañana iremos a nuestro destino para que te diviertas un poco.- habló el señor Levi. Asentí. Me recosté en el asiento, sin cerrar mis ojos, tenía miedo de aquella pesadilla. ¿De qué iba? No lo recuerdo... Sólo recuerdo mi nombre. Alguien llamándome desesperado de no encontrarme. ¿Desesperado?, ¿era la voz de un hombre? No parecía ser la de Eren o la de Armin. Parecía, más bien, ser más grave. Parecía ser de...- ¿(TN)?, ¿te sientes bien?

- Sí... Sí, sólo... estoy muy cansada.- dije. Era él. La voz era de él. Del señor Levi. Pero ¿cómo? Lo conocía desde hace un par de meses y esa voz ya me atormentaba desde muchísimos años atrás. Es imposible.

"Hotel Shingeki" ese era su nombre. El señor Levi le dio las llaves a un chico moreno y alto cuyo uniforme lo nombraba como: Franz.

- Levi.- lo nombró un hombre alto, de cabello y bigote negro con apariencia de tener un carácter fuerte.

- Nile.- lo nombró Levi. Creo que ese era el amigo del que hablaba.- Necesito dos habitaciones. Dos noches.

- De acuerdo.- el señor fue hacia el mostrador y sacó dos llaves.- Cuarto 9 y 10, primer piso. Que se diviertan.

Y vaya que habría diversión.

Después de tus Alas: Mi Hilo Rojo (Levi y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora