Capítulo IV

130 9 0
                                    

Después de comer algo rápido en casa fui a la cafetería a hacer mi turno. Aprovechaba cuando Sarah y yo hacíamos inventario y la cafetería estaba cerrada para hablar con ella.

-¿Vendrás esta noche a casa de Tom? –preguntó mi amiga.

-No puedo, mañana tengo que levantarme pronto.

-Vaya, te has vuelto responsable… ¿Quién eres tú y donde está la loca de mi amiga? –preguntó en tono de broma.

-No es eso –reí-, es solo que ya sabes como acaban las fiestas en casa de Tom.

-Sí, todos pasándola muy bien.

-Sí y al día siguiente levantándome bien tarde y con una resaca increíble y mañana tengo clase. A partir de ahora solo podré salir viernes y sábados, como el resto de jóvenes –reí.

-Bueno, como quieras. ¿Cómo ha ido el primer día? –dijo cambiando de tema.

-Genial, no me puedo quejar –estábamos acabando de cerrar la cafetería con llave y caminando hacia casa.

-¿Ya has conocido a alguien? ¿O eres demasiado guay para esos universitarios? –reí ante su comentario.

-He conocido a un chico, hacemos juntos un trabajo.

-¿Un trabajo? ¿Qué clase de trabajo señorita Jones? –alzó una ceja sugerentemente.

-Un trabajo que implica hojas de papel y tinta –le di un golpe en el brazo.

-Sí bueno ¿Es atractivo?

¿Si Harry era atractivo? ¡Pues vaya si lo era! Sus ojos eran de un verde brillante increíble, tenía una sonrisa aún más increíble que venía acompañada de unos hoyuelos en su mejilla. El pelo de color castaño y rizado le enmascaraba su cara de una manera perfecta. Y sus brazos… se notaba que el chico hacía algo para trabajarlos. Además por el cuello de su camiseta y la manga del brazo izquierdo le salía varios tatuajes. En definitiva… Harry Styles podía hacer llorar al mismísimo David de Miguel Ángel.

En respuesta a lo que Sarah me había preguntado, me encogí de hombros, sabía que si le decía la verdad me estaría jodiendo durante algún tiempo.

Seguimos hablando de nada en especial hasta que nuestros caminos se separaron. Entré en casa, no había nadie. Era tarde y estaba cansada por haber madrugado, así que me fui a dormir.

***

El día siguiente pasó rápido y antes de darme cuenta estaba sentada con Harry en el césped, debajo de un árbol para empezar el trabajo. Harry sacó un Mac de su mochila y lo prendió. Arrugué la nariz, yo ni siquiera podía permitirme uno sencillo, tenía que ir a la biblioteca o a casa de alguien para usar un ordenador.

Durante una hora y media estuvimos ocupados hablando del trabajo. Harry era un chico muy inteligente y a pesar de que la asignatura no le gustaba, lo hacía muy bien. Hicimos una pausa y me recosté en el tronco del árbol.

-¿Vas a venir a la fiesta este viernes? –preguntó Harry.

-¿Qué fiesta? –no había oído nada de ninguna fiesta. Harry sonrió.

-Cada año, el primer viernes de empezar las clases, un alumno de los últimos cursos se encarga de organizar una fiesta de bienvenida. Este año lo hará Louis, es uno de mis mejores amigos. Va a estar genial, en serio, no te la puedes perder –sacudió su cabeza para dejar claro su punto.

-Emm –titubeé- no sé… ya veré qué hago.

-¿En serio? No me creo que seas el tipo de chica que se queda un viernes en casa –Harry rió.

-¿Y por qué no podría serlo? –yo también reía. Harry levantó una ceja.

-Simplemente, no puedes serlo –dijo negando.

-Está bien, no lo soy, pero eso no significa que me vaya a meter en una fiesta donde no conozco a nadie.

-Bueno, tienes hasta el viernes para conocer a más gente –rodé los ojos-, además me conoces a mí, y yo soy la persona más interesante de toda esa fiesta –solté una carcajada.

-¿Eres el más interesante? No sé si es que eres demasiado creído o que la fiesta va a ser un auténtico aburrimiento –seguí riendo y Harry se me unió.

-No, lo digo de verdad, tienes que venir, va a ser increíble, no puedes fallar.

En ese momento un chico rubio se acercó hasta Harry y se sentó a su lado. Tenía los ojos azules y era realmente adorable.

-Harry he quedado con Zayn y Perrie para comer, pero no me apetece estar a solas con la parejita, hazme compañía anda –el rubio hablaba rápidamente y Harry tenía una expresión divertida en la cara.

-Niall… -Harry me señaló con la cabeza mientras yo me mordía el labio para no reirme.

-Oh, vaya –por fin el chico se percató de mi presencia- soy Niall, un gusto –me ofreció la mano y yo se la estreché- ¿te importa si me llevo a Harry? –me encogí de hombros y Niall sonrió mientras Harry negaba con la cabeza riéndose.

 -Ey Emily, vente con nosotros, así no podrás decir que no conoces a nadie –Harry me miraba con una sonrisa torcida, yo me mordí el labio –vamos, así podré demostrarte que la fiesta no va a ser aburrida y que además, voy a ser el más interesante.

-No puedo Styles –me levanté y empecé a recoger mis cosas- tengo turno en la cafetería en dos horas y todavía tengo que hacer algunas cosas en casa.

-¿Seguro?

-Segurísimo, gracias por la oferta igualmente. Pasadlo bien chicos –y dicho eso me alejé diciendo adiós con la mano.

No era que realmente tenía mucha cosa que hacer en casa, de hecho solo tenía que hacer la comida, pero no me apetecía ir. Harry se veía buen tipo y era agradable pasar tiempo a su lado, y seguramente lo mismo con sus amigos, pero yo no encajaba del todo en esa escena.

Save your heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora