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"Era el verano de mi primer año, nuestros ojos se encontraron en una fiesta mientras tu volteabas la cabeza para tomar un shot, en ese tiempo era tímida y aparté la vista pero sentí tus ojos en mi toda la noche hasta que al fin voltee. Me sonreíste y te fuiste. Ni siquiera sabía tu nombre. Me fui a mi casa pensando en ti. Una semana después  nos encontramos cruzando la calle. Lo llamaste destino, yo lo llamé suerte. Sonreíste y me dijiste amor, te dije que odiaba la palabra y me pediste mi nombre. Te lo di. Me sonreíste como si ya supieras todos mis secretos. Fue un julio caluroso y en nuestra primera cita fuimos a la piscina, me hablaste sobre porqué le pusiste ese nombre a tu perro, desde ese día supe que iba a caer por ti.  Manejabas una ducatti negra y yo ya sabía que mis padres te odiarían. Pasé casi todos los días de ese verano contigo en esa moto. Recuerdo la primera vez que subiste a 200km/h conmigo abrazada a tu espalda, grité y me dijiste que no me asustara porque había cosas peores que morir. Me reí, en ese tiempo no te entendí. Tus ojos eran marrón claro y me perdí en ellos demasiado tiempo. Eras dos años mayor y tenías toda la confianza que a mi me faltaba. Viví por tu sonrisa torcida y por todas las escapadas por las que les mentí a mis padres. Mis amigas dijeron que no me convenías, que me ibas a romper el corazón. Nunca escuché porque ellas no sabían lo que se sentía correr por la playa de tu mano. Fuiste libertad, adrenalina, rebeldía. Sabía que estaba mal pero me importó un carajo si eso hacía que me siguieras llamando a las tres de la mañana para decirme que me extrañabas. Recuerdo el sol atravesando tu cabello y tus besos sabor a sal. Dijiste que era amor, que era para siempre. Te creí. Ese año te fuiste a la universidad y me quede esperando por ti. Dejaste de llamar pero yo nunca dejé de  esperarte. Fueron 3 meses en los que fui solo bocetos de ti. Al fin regresaste e irónicamente nos volvimos a ver en un fiesta, me saludaste como si todo estuviera bien. Te grité, lloré. Me dijiste que tres meses eran suficientes para dejarte ir y te fuiste a bailar. Corrí al baño a llorar, me volví a colocar el maquillaje. Salí y te vi bailando con una morena curvilínea. Lloré y me fui.
Ahora es el verano de mi último año, y ya jamás te volví a ver en una fiesta. Tomé un shot como la primera vez que te vi, pero ahora estoy jodidendo en el auto de alguien que no me importa sólo para saber si se siente cómo tu. Nunca lo hace. Ahorré y me compré una ducatti roja, hoy fue la primera vez que la llevé a correr. Aceleré a 200 y por fin te entendí."

-F. C.

Vivencias de una adolescencia jodidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora