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Sinceramente ya no sé cuánto tiempo a pasado, creo que fue ayer cuando decidiste irte pero podrían haber pasado días quizá meses, no lo sé ahora todo es igual. Recuerdo como solíamos bromear sobre lo que haríamos cuando fuéramos mayores, en donde caminaríamos por las tardes y el auto dónde tendríamos sexo a las 2 de la mañana como siempre habías querido. Te dije que escribía sobre lo que me dolía para poder seguir viviendo que era mi manera de presumirme libre y prometiste que jamás escribiría sobre ti porque no ibas a dañarme, es gracioso porque llevo más de 10 horas sin dormir y dos cajetillas completas porque tú no estás. Deje de buscarte en los labios de extraños porque al final entendí que ninguno de ellos lograría acercarse en lo más mínimo a ti. Olías a tormenta en verano ellos a desesperación y caballitos de tequila barato. Es mi culpa, te idealice y te obsequie un título que jamás podrías llenar, pero comencé a tener nuevas expectativas, supongo que no te llevaste todo de mí. Ahora soy más adicta tanto a vaciar botellas, como a odiarte y odiarme a mí misma por haber sido tan estupida para haber caído contigo. Supongo que algún día dejaré de ser tan masoquista y al fin te dejaré ir pero aún no cariño, todavía quiero llorarte más, recordarte más y sentirte cerca aunque sé que no estas aquí. Perdón por haber sido tan cobarde, yo te perdono por haber buscado tu felicidad en otro lado. No te preocupes aún no me resigno a decir adiós.

-L. N.

Vivencias de una adolescencia jodidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora