XI ✿

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Fue completamente cliché cuando escuché que tiraban piedritas a mi ventana, y al abrirla vi a una Hayley sonriente con bolsas a sus costados.

— Cenicienta, deja caer tu cabello —dijo ella dramáticamente.

— Idiota —reí— es Rapunzel quien deja su cabello caer.

Ella rió también— el punto es que me dejes entrar —.

— Ya voy —dije con una sonrisa, y prácticamente corrí hacia la puerta.

Al abrirla, vi a Hayley cargando un montón de bolsas.

— Wow, ¿qué tanto traes? —intenté ayudarla pero se alejó.

— Es sorpresa, nena —sonrío— ¿están tus padres? —.

— No, mamá salió —dije cerrando la puerta.

— Vamos a tu habitación, quiero enseñarte lo que te traje —lo dijo con una sonrisa de niña pequeña.

Al estar en mi cuarto, nos sentamos en mi cama y puso las bolsas a sus lados.

— Bien, ahora dime que es todo esto —reí. Aún parecía niña pequeña, emocionada porque le iban a comprar un helado.

— Vale. Yo sé que algo te pasa, el porque no lo sé pero eso da igual. Así que traje algunas cosas que pensé que podrían animarte —sonrío y después de esto saco de la primera bolsa varios cd's.

Casi me morí.

Tenía los cd's de Twenty One Pilots, Melanie Martínez, The 1975, The Neighbourhood, Arctic Monkeys y muchísimos más que apenas conocía. Eran mis favoritos y aún más.

— Oh mi dios —dije tomando uno, abriéndolo y admirándolo desde adentro, y así con todos más tarde.

— ¿Te gustan? —ella rió. Yo solo asentí como boba.

— También traje esto —de otra bolsa saco chocolates, helado, frituras y todo tipo de dulces. ¿Será pariente de Willy Wonka o algo?

— ¿Me quieres engordar para comerme? —arquee una ceja riendo.

— La única manera en que deseo comerte es a besos y no tienes porque engordar para eso —me sonrió. No sé si lo decía de broma o...

— También traje esto —entonces sacó varias películas, de todo tipo y algunos juegos de mesa.

Ahora quien sonreía como niña pequeña era yo. No sabia ni que decir.

— No te puedo creer —la mire— no tenías que hacer todo esto.

— No, no tengo. Pero quiero hacerlo —me miró a los ojos mientras me dedicaba una sonrisa cálida.

Antes de pensarlo me lancé a ella y la abrace muy fuerte— Gracias, Hayley. De verdad agradezco todo esto y el que estés aquí —

— No hay de qué, cielo —sonrío.

¿Cómo era posible que me hiciera sentir tan feliz en tan poco tiempo?

¿Cómo era posible que esfumara las gamas de azules que llevo dentro y las reemplazará por un arco iris entero?

Colors ✿lesbian [book 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora