Cuando Las Luces De La Ciudad Se Apagan

23.

Quiero creer que es una crúel mentíra de lo que me acaba de decir la mamá de Eiden, ella esta enferma desde la mañana, ¿Porqué ella no me dijo nada?

Esa fue mi pregunta; un día antes todo estaba bien, ¿Por qué se puso mal?

Estaba camino a la habitación en donde ella se estaba quedando, apenas y eran las 4 de la tarde cuando apenas fui a visitarla. Su mamá me había dejado pasar a verla, estaba ahí acostada, casi adormecida por aquellos medicamentos, según lo que me había dicho la mamá Eiden ella se desmayo y ella la trajo junto con su papá al hospital.

-¡Hey!, ¿Princesa?- Le hable, pensé que ella me escucharía.

-¿Eiden?- Volví a hablar, ella abrió los ojos poco a poco y observo detalladamente cada centímetro de la habitación, luego me vio a mí.

-¡Adam!- Logro decir mientras ella mostraba una sonrisa en su rostro.

-¿Por qué no me dijiste?- Hable mientras que me acercaba a ella y le daba un beso en la frente, y la abrazaba con cuidado.

-No quería que te preocuparas por mi- Su volumen de voz fue disminuyendo cada vez que ella me contestaba.

-Me preocupe mucho Eiden- Le dije.

-¿Perdón! No lo veré a hacer, te lo juro- Habló mientras caía una lágrima junto a su mejilla.

-¿Me lo prometes?- Le hable.

-Sí.

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