Extra. 2

2.1K 132 0
                                    

-Pienso que deberías olvidarla, Adam ella te está haciendo mal... ¡¿No lo estás viendo?! -Volvió a recordar la voz de su amigo

Ya había pasado más de 1 año desde la muerte de Eiden el aun seguía su caminata nocturna como ya era de costumbre. Pero esta vez ella ya no estaba y no volvería a estar, tenía que asimilarlo. Se decía una y otra vez -Eiden está muerta -pero ni siquiera él se lo estaba creyendo. .. Estaba viviendo una mentira.

Su familia no hizo nada para ayudarlo la última vez que vio a sus padres fue en el funeral de ella y solo lo miraron con lastima; no se habían tomado la molestia de decirle algo o estar con él; ellos solo se quedaron observando.

~ Tenía pensado algo ya se estaba viniendo el invierno cuando el tomo su decisión de irse a otro lugar en vez de estar hay en Londres, quizá viajaría a Paris o a cualquier otro lugar; solo ya no quería estar aquí. ~

Era mediodía apenas él ya estaba acabando de empacar cuando tocaron la puerta de su casa, el dejo de empacar y atendió a quien fuese que estuviera detrás de esa puerta.

-Adam... -Vi a la madre de Eiden ella estaba un poco más pálida que antes sus ojos estaban algo rojos como si estos tuvieran una reacción alérgica algo.

Yo no había dicho ninguna palabra estaba concentrado en una caja de cartón que traía en manos.

-Oh... Lo siento si interrumpí algo,.. Yo -trato de hablar mientras veía dentro de mi apartamento que guardaba mis cosas.

-No se preocupe, no interrumpe nada... Descuide -la interrumpí, debí de escuchar mi voz antes; estaba realmente ronca. Dios no apenas y recuerdo la última vez que la vi ella ya no salía de la casa de Eiden.

-Estas cosas son de Eiden, pensé que te gustaría... No sé - tartamudeo un poco, no sabía si lo que estaba haciendo era correcto. - ¿Quedártelas? -termino de decir.

No sabía que decir, estaba solo observando; esto es una mala jugada de mi mente en los peores casos me quedo callado.

- ¿Está segura de que... Debería de tenerlo? -pregunte, apenas y ello pude hacer; entonces escuche un suspiro.

-Ella lo hubiera querido -eso fue lo último que escuche de ella, pues nomas tendió la caja hasta mis manos esperando a que yo la tomara.

...

Apenas mis últimas horas que paso en mi casa me senté un segundo a observar lo que había adentro de la caja; apenas había acabado de empacar en unos pocos minutos ya me iría al aeropuerto.

Eran pulseras, collares, una que otra foto de varios lugares en particular, llaveros...

¿Una carta?

Junto con una foto de ella.

Cuando Las Luces De La Ciudad Se ApaganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora