Mi amigo (YoonKook)

04

El doctor sacó una jeringa, después de haberme ayudado a sentarme en una camilla de color azul. Miré hacia la pared y todos esos dibujos me lograron distraer un poco, solo un poco.

Pero sabía que aquel hombre, con cara de anciano bonachón iba a clavarme una aguja.

Cerré mis ojos con fuerza para evitar sentir dolor.

—Tu mamá me dijo que le tenías miedo a las agujas...No te preocupes, no dolerá, te lo prometo.

Hice oídos sordos a los que me estaba diciendo, era mentira, me iba a doler y yo iba a llorar. Lo peor era que no estaba mamá para tomar su mano.

—¿Quién es tu superhéroe favorito? —me preguntó sonriente.

—¿M-mi superhéroe favorito? —él asintió—Es...Ironman.

—¡Oh, Ironman, es genial! —exclamó con entusiasmo haciendo que yo sonriera de repente—¿Qué es lo que más te gusta de él?

Y así empecé una pequeña charla sobre superhéroes con el doctor. Cuando me dijo que mirara sobre mi brazo, ya había puesto un algodón con una cinta. Me había vacunado y yo no me di ni cuenta.

—Muy bien, pequeño, ya estás vacunado.

—Oh... que genial—lo miré y le sonreí.

Después de que me regalara unos cuantos caramelos, salí de nuevo a la sala de las sillas, y me senté en el mismo lugar para esperar a mamá.

Aún no había vuelto, asique empecé a comerme los caramelos uno por uno. Estaban deliciosos.

Miré hacia el pasillo y volví a encontrarme con ese chico pálido de cabello rubio, venía corriendo hacia a mí a toda prisa.

Se detuvo en frente de mi asiento y me miró fijamente.

—¿Ya te vacunaron?

—S-sí, no me dolió nada. —sonreí y él me devolvió la sonrisa—¿Quieres un caramelo?

Le di tres, los últimos que me quedaban, pero él sólo tomó uno.

—Gracias, Jungkook.

Se volvió a sentar a mi lado y lo miré.

—¿Por qué estabas corriendo?

—Porque una enfermera me regañó, asique que me escapé.

—¿Qué hiciste?

Él se encogió de hombros y me miró.

—Nada... Bueno, en realidad querían inyectarme algo, pero eso hace que mis venas ardan, por eso corrí.

Me espanté un poco al escuchar eso. ¿Qué pasaba con ese chico? Debía ser horrible que tus venas ardieran, sonaba muy doloroso.

—Aparte—continuó—No me dejan que juegue. Papá me había traído una pelota de basket, pero rompí una ventana sin querer y me la quitaron.

—Oh...debes tener cuidado.

—Lo sé, lo sé—palmeó mi hombro sonriendo.

Le devolví la sonrisa, parecía alguien simpático y agradable. Me caía bien...

Una voz a los lejos, en el pasillo hizo que ambos saltáramos del asiento, dirigiendo nuestras miradas hacia allá. Una mujer algo grande estaba de pie, mirando al chico rubio, enojada.

—Lo siento, debo irme—me dijo, sacándome otro caramelo de la mano—Te veo otro día, Jungkook.

—Pero yo...

Salió corriendo hacia la enfermera que lo esperaba al final del pasillo y ambos se marcharon. No supe qué contestarle ante eso...

Yo no iba a volver al hospital, ya me había vacunado.