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Hoy era nueve de marzo, es decir, era el cumpleaños de Yoon Gi. Lo supe porque escuché hablar a las enfermeras un día en los pasillos, cuando le llevaba un vasito de agua a mamá.

Me pareció raro que mamá no me lo dijera, aunque no la culpo, a lo mejor no lo sabía.

Un día antes de que fuera esa fecha, le pregunté a mamá si podíamos comprarle un regalo a Yoon Gi, pero le dije que con mi dinero que tenía ahorrado. Ella se rio porque sólo tenía unas pocas monedas como para comprar un paquete de papas fritas.

¿Le gustarían las papas fritas Yoon Gi?

Acabamos por comprarle un suéter con la cara de kumamon bordada en él, se veía tan bonito que hasta yo quería usarlo. Lo envolví por mi cuenta, estuve muchos minutos intentando que el envoltorio me quedara bonito, pero me quedó bastante deforme.

Le pegué junto al envoltorio un pequeño dibujo de Yoon Gi y mío, tomados de la mano, caminando sobre un montón de estrellas. Estaba contento con mi dibujo, le puse mucho esfuerzo y se veía lindo, esperaba que le gustase.

Cuando salí de la escuela, papá me dijo que me llevaría al hospital y de paso me dio un pequeño pastelito que había comprado para que se lo diera a Yoon Gi. Le estuve muy agradecido.

Cuando llegué, caminé rápidamente a su habitación. Estaba llena de globos de colores, había una señora junto a él y un hombre que miraba por la ventana. No quise entrar, me dio mucha vergüenza, intenté esconderme, pero fue tarde. El hombre que estaba de pie se giró hacia a mí y me vio curioso.

—Oh, hola—se acercó hasta a mí y se acuclilló, sonriéndome—¿Por qué te escondes pequeño?

—Y-yo... quería ver a Yoon Gi—dije en voz muy baja, sin mirarlo.

—Ah... Claro, ¿eres un amigo suyo? —me preguntó muy amablemente.

Yo asentí avergonzado y el señor me ofreció su mano para ayudarme a llevar el pastel que sostenía. Se lo di y lo seguí al interior del cuarto. En cuanto Yoon Gi me vio me sonrió con entusiasmo y se paró de la cama, pero yo corrí hacia él para que no lo hiciera.

—Está bien, no te levantes.

La mujer a su lado me miró y me sonrió. Era una señora muy bonita y parecía muy amable, igual que aquel hombre.

—¡F-feliz cumpleaños, Yoon Gi! —grité de lo nervioso que me sentía.

Le extendí mi regalo para que lo tomara y el hombre que sostenía mi pastel lo dejó al lado de Yoon Gi.

—Esto también es de él—le dijo con una pequeña sonrisa.

—Jungkook...gracias, no hacía falta que me regalases nada.

Me quedé en silencio, un poco intimidado por aquellos dos adultos que nos miraban y esperé a que Yoon Gi abriera el regalo. Lo hizo con lentitud, sin romper el papel que tanto me había costado pegar.

Miró primero el dibujo y me sonrió. Después vio el suéter y sus ojos se abrieron de la emoción.

—Oh, mira cariño que bonito suéter—dijo la mujer.

—Sí, mamá.

¿Era su mamá? La miré detenidamente y me di cuenta de que tenían unos rasgos faciales muy parecidos, después miré al hombre y supuse que sería su padre. Era raro, pensaba que Yoon Gi estaba solo en aquel hospital. Pero me sentí feliz de saber que sus padres lo visitaban.

Me quedé de pie junto a la señora y ésta repentinamente me abrazó. Yo no entendí por qué lo hizo, me avergoncé aún más de lo que estaba. Su abrazo fue cálido, como cuando mi mamá me abrazaba a mí.

—Yoon Gi nos habló de ti. Tú eres su amigo, ¿verdad?

—S-sí, soy Jungkook.

—Él es mi mejor amigo, mamá, papá—les dijo orgulloso a sus padres.

—Gracias por cuidar de nuestro Yoon Gi y jugar con él, Jungkook—me dijo su padre, posando su mano sobre mi cabello.

No supe expresar cómo me sentía en ese momento. Creo que fue muy especial, Yoon Gi se veía muy feliz y sus padres también. Tuve ganas de llorar, pero felicidad.

—¡Comamos pastel! —Yoon Gi alzó las manos, sonriendo y gritó de emoción.

Lo miré y le devolví la sonrisa.

Mi amigo (YoonKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora