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Y qué dices, ¿nos arriesgamos o lo lamentamos?
No podría creer lo que acababa de suceder. Probablemente era un efecto secundario de la mutación, o alguna otra cosa que no quería saber realmente.
Esa noche no pude dormir bien, Jack y yo dormidos en camas diferentes; obviamente. Me desperté alarmada a las 3:27 a.m exactamente, cuando me dí cuenta de que había una tercera persona en la habitación.-Hey, ven acá. -Un león con la melena más escandalosa que podría haber visto estaba parado en la puerta, mientras me decía cosas que solo se escuchaban en mi mente. Me transformé en el leopardo negro que era y lo seguí.
-¿Quién eres? -Mencioné, en un pequeño gruñido.
-Mi nombre es Nathan. Soy el lider de la manada; tu lider desde hoy. Vengo a averiguar lo que eres, ¿un leopardo negro?
-Creo que eso es lo que soy, pero no estoy muy segura. Jack dice que es la única mutación que tengo, no sabría decirle.Nathan y yo nos dirijiamos a una colina en la cual se podía admirar la luna en su máximo esplendor.
-Conocí a tus padres biológicos cuando todavía era un novato; ellos eran principales al igual que yo, sólo que no se explicaban por qué tú habías nacido sin ningún don. Desesperados buscaban respuestas en lugares donde nunca las iban a encontrar; ellos sabían que tarde o temprano iban a morir. No querían dejarte sóla en un lugar donde no pudieras protegerte. Cuando ellos fallecieron era demasiado tarde, yo no pude intervenir, no llegué lo suficientemente rápido, aún lo lamento. Para cuando llegué, ellos ya estaban en la Morgue y a ti ya te habían mandado a un horfanato. Nunca supe de tu paradero; estuve buscándote por años, cuando me dijeron que una Winchester acababa de llegar a la manada no podía creer que era cierto. Winchester es tu apellido original, no lo cambiaron, tus padres adoptivos tienen otro apellido, usaron el tuyo para llamar la atención. Como sea; hace unos años descubrí tu especie, Dian. Eres un principal, pero eres el único en su especie, eso quiere decir que puedes transformarte a tu gana, en lo que tu quieras, cuando tu quieras, solo que todos los animales que quieras ser; serán negros. A diferencia de los otros, tú eres inmortal. Es todo lo que sé; pero debes mantener esto oculto, a no ser que alguien ya lo sepa y es por eso que te estén buscando para recrear tu especie y acabar con la raza humana. Mantén tu perfil bajo, no queremos que esto se salga de control. Ve a descansar; todas las noches vamos a practicar para que controles tu mutación, no olvides que nadie debe saber de esto. Me da mucho gusto que un Winchester sea parte de mi manada. Bienvenida, Dian.
-Gracias Nathan, aunque si no fuera mucha molestia, quisiera saber algunas cosas. Tal vez no ahora pero pronto. Tengo muchas preguntas; necesito una respuesta para cada una de ellas.
-Será un honor, Dian. -Dijo, para después darme la espalda y caminar lentamente; dando fin a la conversación.
-Antes de que te vayas... ¿nunca supiste si mis padres realmente estaban muertos? Es decir, dijiste que ya estaban en la Morgue cuando tu llegaste, ¿viste sus cuerpos o algo que te ayudara a identificarlos?
-Supuestamente los cuerpos fueron calcinados; nunca los ví. Ni las cenizas si quiera, pero tuve la misma duda y estuve buscándolos por años. Aún sigo haciéndolo, pero aún no doy con su paradero. Que pases buenas noches, Dian. -Dijo, para esta vez irse en definitivo.Me quedé ahí unos minutos más; admirando el paisaje. La luna llena se podía admirar de una manera tan hermosa... se escuchaba el sonido que hacen los grillos como si fuese música; incluso se escuchaba que había ranas, y se podía admirar la Aurora que pasaba por encima de mí. El cielo estaba despejado y podía apreciar cada una de las estrellas en el universo. Hacía un tremendo frío, aunque no se sentía tanto por mi abundante cabello. Estuve un rato ahí cuando decidí que era hora de entrar. Me transformé en persona de nuevo, cuando escuché que pisaron una rama entre los árboles; provocando que le alarmara. El campamento no tenía ninguna seguridad mas que la protección de nosotros mismos. Aceleré el paso y me fui a mi tienda. Pude escuchar ese sonido unas tres veces más, alguien me estaba siguiendo, pero no supe quién.
Al llegar a la habitación con Jack, no pude contenerme de los nervios; estaba casi temblando del frío y Jack era una mutación; me acosté por un lado de él, claro; mientras era humana. Y me acurruqué cómodamente entre su cabello. Y así pasé la noche. Eran ahora las 4:00 a.m, el sol estaba a punto de salir y yo aún no podía conciliar el sueño, me transformé en la mutación para acto seguido abrazar a Jack y caer en un profundo sueño.Tenía muchas cosas por las cuales pasar todavía;
Y no las pasaría sola.