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Traté de hacerte feliz, de darte lo que merecías. Pero al parecer eso no fue suficiente.
Después de asegurarme que nadie hubiese visto lo que sucedió, y de que estaba a salvo, bajé del árbol. Aún parecía algo extraño que me persiguieran. Es decir, lo que me sucedió esta mañana no es algo que pasa todos los días. Estaba acostumbrada a ir a la escuela por las mañanas y… esto simplemente es demasiado para alguien como yo. Siempre me consideré lo suficientemente fuerte como para aguantar cualquier tipo de situación, siempre pensé que podría hacer lo que se me diera la gana sin ningún remordimiento… pero me di cuenta que solamente soy una persona demasiado sencilla incapaz de demostrar sus emociones.
Creo que en estos momentos estaba demasiado decepcionada conmigo misma. Estaba pretendiendo ser algo que no era, y tal vez pude engañar a muchas personas, pero engañarse así mismo es imposible. Todo este tiempo ahora estaba perdido. Prácticamente los últimos años de mi adolescencia. Hubiese ido de fiestas o de puta, o estuviese fumado o drogándome (como la mayoría de las personas de mi edad. Que piensan que fumar o drogarse se ve tumblr o hipster. Y puede que lo sea. Pero dañar tu salud solamente para una fotografía no me parecía convincente.), o tal vez estuviese solamente pasando el rato con mis amigos. Pero la verdad es que no me gustan las fiestas. Cuido mucho mi salud, y no tengo amigos. La última creo que es por que desde pequeña eh sido algo rara, y aunque no me importara el hecho de no tener compañeros de vida a veces necesitaba alguien con quien des aburrirme.
Había una frase que mi maestro de español citó el otro día; “El tiempo perdido no se recupera nunca y cuando decimos que tenemos tiempo de sobra descubrimos que nos falta tiempo” de Benjamin Franklin. Y aunque ya no tenía otra opción mas que joderme confiaba en mi misma y sabía que habría una manera de solucionar el lío en el que me metí sin darme cuenta siquiera.
Ahora que pienso con claridad las cosas me pregunto por qué mis padres biológicos no decidieron hacer el maldito experimento en otra persona o en un animal. Ahora tendría que lidiar con esta clase de transformación cada que corra. Más aparte el rubio que aparece amable cuando miente. Este chico de labios delgados y en forma, con el cabello color oro, los ojos azules y una sonrisa perfecta al parecer estaba enamorado de mí. Aunque no sabía a que se refería John con eso de la primera vez que me vió. Creo que desde un principio, cuando lo de el refugio, había tenido esa confianza en él, y, obviamente él sabía lo de mi transformación y no se le había ocurrido decirme nada. Simplemente me dejaba con dudas y se hacía el incapaz de responderlas. Los hombres a veces pueden llegar a ser muy, muy confusos.
Un rato después de caminar sin rumbo, escuché unos jadeos fingidos detrás de mi. El rubio venía corriendo con rapidez.
-¿Por qué has salido corriendo si hay personas que te quieren muerta, mujer?
-Con eso de que soy un leopardo negro, me importa poco.
-Vaya, tenemos algo en común.
-¿Ah, sí? ¿Qué es? –Pregunté, curiosa.
Jack me miraba fijamente con una sonrisa en el rostro.
-¿Qué tanto miras?
-Sólo veo lo hermosa que eres.
-¡Oh, vamos! Eso es completamente ridículo.
-¿Así que no crees que en realidad estoy completamente enamorado de ti, cierto?
-Es algo difícil de creer. Es decir, te conozco desde hace un muy, muy escaso tiempo.
-Pero yo te conozco a ti, así que no hay problema.
-¿Cómo puedo estar segura de eso?
-No puedes. Simplemente lo crees.
-¿Cómo es que eres tan seguro de ti mismo, sin importar nada, sin importar que te rechacen, sin importar el dolor?
-Te equivocas. Tengo demasiadas inseguridades. Y claro que me importa. Es sólo que, mi querida Dian, que no podemos dejar ir a alguien así como así. –Pausó un momento. Suspiró y volvió a abrir la boca.- ¿Alguna vez has escuchado la frase de “Si amas algo, déjalo ir.”? –Asentí.- ¡ES UNA TOTAL MENTIRA! Se supone que si amas a alguien no lo tienes que dejar ir jamás. Tienes que estar siempre para ella, tienes que cuidarla y decirle que todo estará bien cuando se sienta mal, mimarla. No solamente amarla y verla como es feliz con otro idiota. Pero a veces, esa frase tiene razón. Que a veces no podemos tener lo que nos gustaría. Como yo, que te amo como sin importar que sea por que sé quién eres y tú, que no sabes siquiera mi nombre completo. Y duele, como no tienes una idea.
Me quedé con la boca abierta y los ojos como platos. Y justo cuando iba a responderle, sucedió.