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Valientes son aquellas personas que sonríen cuando por dentro su corazón está llorando.
Metí la carta en el bolso que contenía las armas y esas cosas. Abrí el armario en el que el rubio dijo que había ropa que tal vez me quedara. Había unas cuantas blusas grandes de Jack y unos vestidos de su madre. Sin embargo me quedaban demasiado flojas y largas. Eran algo antiguos. Por un momento los ví familiar. Todo aquí, con Jack, parecía familiar pero no recordaba haberlas visto antes. Antes de cambiarme le pregunté a Jack si podía tomar una de sus camisas por que no me quedaban los vestidos de su madre. A lo que el rubio contestó que no había problema. Me quité la blusa y Jack entró. A lo que pegué un fuerte grito y el rubio solo decía lo siento innumerables veces tapándose los ojos.
El rubio salió de la habitación dejándome con la duda. Me quité rápido el pantalón y me puse la camisa que Jack me prestó. Me acosté en la cama y me puse los auriculares. Demons de Imagine Dragons era una de mis canciones favoritas. Un rato después de estar tarareando la canción sentí que alguien estaba alado de mí. Cuando el rubio se dio cuenta de que lo estaba mirando me sonrió y se acostó. Se volteó dándome la espalda. Sabía que aun no estaba dormido por que su respiración era algo agitada. Me quité los audífonos y me dispuse a hablarle.
-Jack –El rubio se volteó mirando al techo.- ¿A qué te referías con que no hay nada en mí que no hayas visto antes?
El rubio se tensó. Apretó la mandíbula y volteó a verme.
-¿No me recuerdas en lo absoluto, cierto? –Habló de una manera apagada y por su voz quebrada supe que había estado llorando.
-¿Debería? –El rubio me miró y asintió.- Entonces, ¿Porqué no te recuerdo?
-Es difícil de explicarlo, Dian. –Una lágrima se escapó de sus ojos.- Daría todo por que lo recordaras por ti misma.
-¿Porqué lloras, Jack? –Me miró con esta vez casi estallando en lágrimas, más no sabía el porqué.
-Porque cometí errores. Porque no puedo regresar al tiempo y corregirlos.
-De los errores se aprende Jack, ¿Porqué te presionas tanto con eso?
-Porque de aquel error no aprendí nada, en lo absoluto. Dándome a cambio perderte.
-¿Perderme? ¿A mí?
-Buenas noches, Dian.
La manera en la que me dijo Buenas noches se me hacía muy familiar. Como si todos los días esa misma voz me deseara dormir bien de una manera dulce con su voz grave. Me preguntaba por qué todo era tan familiar. Estaba segura de que jamás en mi vida había venido a este lugar. La respiración de el rubio se escuchaba lenta y tranquila. A lo que me me dí cuenta que él ya se había dormido. Tomé mi teléfono y salí de la habitación en la que me encontraba silenciosamente. Me dirigí a la cocina y le llamé a mi Papá.
Contestó la segunda vez que le llamé.
-¿Hija? ¿Qué pasa?
-¿Porqué no mejor me dices que está pasando?
-Sólo te contestaré una pregunta.
-¿Quién es Jack? –Casi pude ver su mandíbula apretaba. Voltee a la pared y justamente había una foto en la repisa que se encontraba en ésta. Me acerqué y éramos Jack y yo. Jack y yo, cuando tenía 17 años.- ¿Qué diablos hace una foto de mí y de Jack aquí, Papá? ¡CONTESTA, CABRÓN!
--Háblame con respeto, Dian. Escucha, Jack y tú se amaban. Los dos tenían 17 años. El día en el que se tomó esa foto, él y tu fueron a un picnic. El padre de Jack le prestó un pequeño auto para que fueran a dicho lugar. Sin embargo, Jack era un mocoso y contestó mi llamada. Al tomar el teléfono Jack chocó, y tú no tenías el cinturón puesto. Estuviste en coma por dos meses, Hija. El doctor nos dijo que te diste un fuerte golpe en la cabeza y habías olvidado quiénes eran muchas personas, incluyendo a Jack.
-¿Porqué no me dijiste nada? ¡¿PORQUÉ, MALDITA SEA?! –A este punto ya me encontraba muy enojada. Ellos nunca dejan de mentir.- ¿Porqué no me dijiste que olvidé a las personas a las que sí les importaba?
-Eso será después, hija . Luego hablamos, es tarde. Buenas noches.
No puedo recordar a Jack, solo tengo un aire familiar hacia él. No conocía a Jack en lo absoluto. Y se que me están mintiendo. Pero voy a pretender saber quien es él para ver hasta donde llegan sus mentiras.
¿Porqué no dejan de mentir?
Me dirigí al cuarto y a medio camino me encontré a Jack. Lo miré con los ojos como platos. Y él me miraba con una sonrisa.
-¿Ahora si sabes quién soy, verdad?
Me puse tensa al instante.- Sí, Jack. Lo sé.
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Hice algunos cambios, gracias por leer :)