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Cuando se ama, se ama con el corazón, no con los ojos. Y es algo que muchos deverían aprender.
-Sin hacer ruido, toma diez pistolas, dos granadas y cualquier cosa que mires por ahí que sea útil. Abre las puertas de el estante que está por un lado de las armas y coge botellas de agua. ¿Ya lo hiciste?
-Sí, ¿Ahora que más hago?
-Dirígete hasta el fondo de esa mini-habitación, baja las escaleras y sigue el camino. Cuando llegues al final de éste, hay una puerta que te lleva afuera de la casa. Tienes 5 minutos para correr una vez que llegues a ese punto, ya que estarás a la vista de las personas que se encuentren vigilando la casa. Corre y no te detengas. Tienes que irte al centro comercial que queda a 20 minutos de la casa, vete por las calles que haya más gente, así no se atreverán a hacerte daño si te miran. Adentro, busca la tienda llamada "toujours" y dile a el muchacho que atiende ahí que eres hija de John Winchester y necesitas refugio. El te ayudará, si alguien trata de hacerte daño, dispárale. Te quieren ati, hija. Necesitas protegerte, no confies en nadie y cuidate mucho. Si tienes alguna dificultad, llámame, y prende tu GPS, así sabré donde estas. Y no lo olvides hija, se fuerte.
-Está bien. -Dije anonada por todo lo que me había dicho.- Cuídense también ustedes, y que no se te olvide que aún me deves una explicación.
-Te quiero, hija.
-Yo también, papá. Colgaré, adiós.
Busqué las escaleras que mi padre mencionó y las baje rápidamente, una vez que éstas finalizaron había tres caminos. Tomé el de en medio y saqué un arma de mi bolso, la cargué y caminé con ella sigiliosamente. Encontré una puerta, que, afortunadamente, era la que mi padre mencionó que me llevaría hacia fuera de la casa. Lo difícil era salir, pues había señores con armas afuera de ésta. Me regresé y tomé el otro camino, al finalizar el camino había una puerta que me llevaba a unas escaleras, las subí y al final llegué al techo de mi casa. Me agaché para no correr el riesgo de que me vieran, y los idiotas que estaban en la puerta hace unos minutos seguían ahí. Pensé en que tal vez debería dispararles y así poder regresarme y salir. Pero si disparaba obviamente se escucharía el sonido de la bala y ellos vendrían por mi. Así que busque algo para aventarles en la cabeza. Había un par de rocas grandes, las cargué difícilmente y las dejé caer en las cabezas de los tipos. Éstos calleron al piso inconcientes. Me regresé por donde vine y tomé de nuevo el camino de el centro, abrí la puerta y ví a los tipos tirados en el suelo. Tomé sus armas y las guardé en mi bolso. Salí corriendo y me dirigí hacia el centro comercial, le doy gracias a Dios de que las calles estaban llenas a más no poder, así no me distinguían. Cuando iba a medio camino, sentí que alguien estaba siguiendome. Tomé mi teléfono y cuidadosamente lo usé como espejo. Mis sospechas eran ciertas, había un tipo fortachón siguiéndome. Así que dí vuelta en un callejón sólo y saqué mi arma. Me escondí entre unos botes de basura gigantes y cuando vi al idiota ese buscándome, le disparé. Nadie se dió cuenta y yo sólo salí de ahí apresurando el paso.
Al llegar al centro comercial busqué la tienda que mi papá dijo.
Una vez que la encontré, tímidamente entré y esperé a que llegara el muchacho que atendía el lugar.
-Hola, mi nombre es Dian Winchester y...
-Vienes por refugio. –El rubio sonrió, casi pude sentir que fue en tono de burla.- Vamos, sígueme.
Seguí al tipo no muy confiada. Al parecer ibamos a la parte trasera de la tienda, a ún tipo sótano o algo por el estilo.
-¿Cuál es tu nombre? –Pregunté para así romper el silencio incómodo.
-Mi nombre es Jack Edward Johnson.
-¿Cómo conociste a mi padre?
-Trabajo para él.
-¿Y cuál es su “trabajo”?
-No creo ser la persona indicada para decírtelo. Pregúntale a tu padre cuando se encuentren. Lo que sí puedo decirte es que desde ahora soy tu guardaespaldas y devo cuidarte con mi vida…
-¿Que tu qué? ¿Qué clase de trabajo es ese? ¿Porqué lo haces?
-Todos tenemos razones, tal vez luego te las diga.
