Pequeñas decisiones

Capítulo 9: ¿Me creerá?

No me vio, y le fui indiferente... No pude soportarlo. Sentí un fuerte dolor en el pecho y unas terribles ganas de llorar. Mis amigas no podían verme así. Traté de cubrirme la cara con el pelo y me dirigí al baño. —Aguanta solo un poco más Fran— repetía una y otra vez en mi mente.

Al llegar me encerré en uno de los cubículos del baño y me senté en el piso. Creí que explotaría de inmediato, sin embargo me quedé pegada mirando los rayados de la pared con un nudo en la garganta. Las lágrimas no salían. 

Un grupo de chicas entró al baño sin parar de cuchichear, lo único que quería era estar sola, escuchar solo mis pensamientos. Me pongo mis audífonos y busco en mi celular Stop crying your heart out - Oasis. Me encantaba esa canción, se me pegó luego de haber visto la película Efecto Mariposa con Isabela.

Isabela...

La primera lágrima cae, luego la segunda y tercera... 

¿Cómo es posible que pueda acordarme de ella en este mundo?  Si yo puedo... debe haber una forma, una conexión  o algo que permita que ella igual lo haga. Es increíble cómo el  cariño puede traspasar el tiempo y espacio. Los recuerdos me mantienen junto a ella, solo debo hacer que los recuerde... debo intentarlo. No perdería nada. 

Cerré mis ojos he intenté recordar los momentos que pasamos juntas. En mi mente se reflejó la imagen de Isabela andando por primera vez en bici por más de 5 segundos sin caerse, tan solo hace 3 años. Cuando mirábamos el cielo nocturno y me preguntaba admirada cosas sobre el universo. Cuando... 

Abrí bruscamente los ojos siendo dominada por el miedo... No puedo seguir recordando.

Volví a cerrar los ojos con fuerza para poder recordar pero solo veía imágenes cortas y distorsionadas. Mis recuerdos se estaban esfumando. Debo hablar con ella antes de que sea tarde.

Me sequé rápidamente las lágrimas y salí del baño. Al pasar por el pasillo me encuentro con mis tres amigas.

—¡Nena! Aquí estas, nos tenías preocupadas. —dice Fabiola al llegar hacia mí, mostrando gran preocupación. Detrás venían Nati y Pame.

—¿Cuándo desapareciste?—dice Pame riendo entre dientes, achinando sus peculiares ojos verdes.      

—Jaja solo fui al baño—digo sonriente para no preocuparlas.

—Nos hubieras dicho Frani, andamos todas juntas—dice dulcemente Nati.

—Lo haré  —le digo. Me asombra lo tierna que es.

Tocaron el timbre y nos dirigimos a la clase. No pude sacar de mi cabeza todos los pensamientos que me invadían, por suerte nadie me preguntó que me pasaba. Al salir le hablaré.

La hora pasó lentísima, pero por fin llegó el momento de irse. Tomé rápidamente mis cosas y salí de la sala sin esperar a nadie. Corrí hacia la salida y al llegar al portón allí estaba sola, no dude en acercarme.

—Hola —digo sin poder ocultar la alegría de hablarle.    

—¡Hola!  —me responde con su sonrisa pepsodent—. ¿Eres de administración, cierto?  

—Hm... sí—digo mirando hacia arriba por unos segundos—. ¿Tú eres del otro 3°? 

—Así es, estoy en el 3° de gastronomía—dice sin parar de sonreír.

—¡Que genial!, ¿oye te importa si nos vamos juntas?—le digo sin saber ni si quiera dónde vivía.

—Hm claro, tengo que tomar la 2B.