Júlia
-Podrías tan solo ser un poco más puntual...-Oía como Vic me decía casi chillando por el teléfono. Hacía media hora habíamos quedado en el bar de siempre, para tomar un par de cervezas, y yo, seguía llegando tarde.
Vic, Victoria, era mi mejor amiga, no teníamos que pasarnos todo el día llamándonos ni hablando, sí cuando teníamos cosas que contarnos, pero podíamos estar un día sin vernos sin causar un alboroto, no eran habituales enfados entre nosotras, alguno que otro sí, pero se nos pasaba en cuanto una a la otra ofrecía un cigarro, o recordaba cualquier tontería que nos hacía echar a reír como locas.
-Te he dicho que me estoy atando las botas. -Y no mentía, solo qué, estaba en medio de la calle, agachada, con el móvil en la mano y con la otra intentando hacer malabares para poder atármela bien.
Ahí empezó el problema, noté un golpe, y luego, luego nada.
Hugo.
Iba cantando una de mis canciones favoritas, que comenzaba a sonar en esos momentos, Fix You - Coldplay, me distraje no más de 5 segundos subiendo el volumen a la radio, y frené de golpe al ver un paso de peatones, y junto con el frenazo escuché un golpe.
-¿Pero qué coñ...? -Maldije a cualquier animal que se hubiera cruzado en ese momento, habría bollado mi capón recién pintado hacía apenas una semana atrás.
Me bajé del coche dando un portazo, y me encontré a una chica cubriéndose la frente, arras del suelo, sin dejar de mirar mi matrícula intentando reconocerla o Dios sabe qué.
-¿Se puede saber que hacías parada en medio de la carretera y agachada? ¿Te has vuelto loca? -Dije sin poder creer lo que estaba viendo, ella no apartaba la vista los queridos números y letras que formaban parte de mi coche. -Eh, ¿vas a molestarte en contestar?
-¿Que tipo de retraso mental tienes, gilipollas? -Entonces se giró para mirarme a los ojos. Sangraba. Y mucho. Tenía una brecha en la cabeza. Se me erizó la piel al verlo, no tenía buena pinta, tenía que llamar a una ambulancia sin hacer que aquella chica se asustara.
-Mierda. Ni se te ocurra moverte, te sale sangre de ahí, no te levantes a ver si te vas a... -Pasó de mi por completo, se levantó y como suponía, se mareó, pero pude llegar a tiempo para acogerla en mis brazos. Las cosas se estaban poniendo feas. Marqué al número de emergencias. -Oiga, ha habido un pequeño accidente, necesitamos que venga ya una ambulancia...
Seguía inconsciente, aunque sabía que no iba a durar mucho rato, corté un trozo de tela de mi camisa y la presioné sobre la herida para cortar la hemorragia y entonces volvió en si. -Eh, Bella durmiente, la ambulancia llegará en seguida. -Dije intentando mantener la calma.
-¿Qué ambulancia, quien eres, que ha pasado? Quítame las manos de encima, cerdo. -Saltó de mis brazos haciendo que la tela cayera al suelo, y pudiera observar la sangre que había llegado a perder y se echó a reír. -Tengo hambre.
Me quedé aturdido, colapsado, sin saber que decir, ¿de qué se reía? Tenía la cabeza partida, y no se le ocurría nada más que pensar en comida. -¿Te encuentras bien? Creo que el golpe te está afectando... -Al decir eso, la ambulancia se abría paso y salía de la parte trasera el equipo médico. Mientras la atendían, fui a aparcar el coche, tenía la sensación que me tocaría acompañar a mi nueva "amiga" en aquella "aventura".
Efectivamente, ella se negaba a dar un número de contacto, decía no querer preocupar a sus padres y me amenazó haciendo que, como había supuesto, tuviera que subir yo con ella dirección al hospital.
-Dime, ¿que carrera estudias? -Le pregunté para que no se durmiera, siempre había escuchado que después de un golpe, lo peor era cerrar los ojos.-Tú la de conductor seguro que no. -Me espetó sin miramientos y no pude mostrar una sonrisa. Aquella chica me estaba irritando. -Ni siquiera sé si voy a graduarme para poder acceder a la carrera que quiero. -Al escuchar aquello, casi me atraganto con mi propia saliva, a parte de irritante, menor de edad. La cosa se iba poniendo de lo interesante, y no veía la manera de salvarme de los problemas.
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Hola, aquí está el primer capítulo, espero que os guste:) -N.
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Pólvora.
Teen FictionNunca había sufrido ningún traumatismo, ningún accidente, ninguna picadura de abeja ni de avispa, ni siquiera me habían puesto puntos ni una sola vez. Había ido lo más mínimo al hospital, solo para esas revisiones anuales que todos nos saltamos y l...