Pirata.

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Júlia

Siempre acababa hablando sobre ese tema con cualquier persona, el sexo. Era mi gran miedo, y el único que no había llegado a superar ni siquiera con mi anterior pareja con el que estuve un año.

-Ya hemos hablado de eso, no voy a acostarme con un chico, una noche de borrachera para luego no volverle a ver nunca más, Vic. Tú haz lo que quieras, pero a mí déjame en paz. -Le espeté.

-Eso significa que vas a llegar virgen a los 18, ¿tú no querrás apuntarte a monja, verdad? -Dijo a carcajadas, tomándose el tema y a mi, en broma.

-Voy a hacer lo que quiera, será que no estás segura de que no voy a dejarme enredar por un inútil que solo busque meterla.

-Tú no te enamores, Júlia, a ver si tendremos un disgusto. -Decía mientras metía parte de mi armario en la maleta.- No quisiera llegar a la habitación y verte en acción. Aunque montaría una fiesta, de verdad.

Pasé de su comentario, no iba a perder tiempo dándole importancia a todos los comentarios que me habían dicho hasta ahora sobre el tema. Me puse a hacer con ella las maletas, y a esperar que zanjara la conversación.

-¿Cómo te imaginad tu primera vez? Si quieres te repito como fue la mía...

-¿Quieres cerrar la boca, preciosa mía? ¿O te la cierro yo de un chanclatazo?

-Mejor que me la cierre otro.

Acabé las maletas, y los días iban pasando, había acabado mis exámenes y eran ya casi las 15:40, estábamos a punto de embarcar junto a un monitor guapísimo que se llamaba Lucas.

Al subir al barco, Vic, ya había puesto los ojos sobre él, y también las manos, ya que al ser la más torpe de la tripulación se resbaló y Lucas muy heroicamente la salvó de una hostia terrible.

-Eh, guapa, los monitores estamos para vigilar a los estudiantes, no para salvar a otros monitores. -Le dijo con una sonrisa pícara, y le dio dos chalecos con unas letras escritas en grande que ponían 'MONITOR'. -¿Os gusta este azul o preferís los de color rojo?

Vic me miró atónita y entusiasmada, iba a liarla como siempre, y a meterme a mi en el lio con ella. -Ya nos gusta este azul, ¿verdad Júlia? -Haciéndome un gesto para que le siguiera el rollo, y aunque ella sabía que por dentro estaba maldiciendo a toda su familia por hacerlo.

-Seguirme. Voy a enseñaros donde dejar el equipaje, y que vamos a hacer hasta que lleguemos a Mallorca, aunque creo que Castro ya os lo habrá contado. -Asentí, sin saber que decir, tenía la cara descompuesta, no entendía como nos había confundido con monitores.

-Yo me llamo Victoria, Vic para los amigos.

-Una victoria si que debes ser para tu novio. -Había empezado a utilizar un tono de tonteo, y yo seguía sin creérmelo. Se nos podía caer el pelo, y Victoria no le preocupaba otra cosa que saber que decirle para seguirle el royo.

-Victoria podría ser para ti, si me consigues. -Tierra trágame- pero para eso te quedan muchos días, guaperas.

Pasaron 3 horas sin hacer nada, charlando con dos o tres monitores más que había por el pequeño barco, y esperando que empezara la fiesta. No había podido estar a solas con mi amiga para advertirle que estaba empezando a enloquecer y que yo no quería ir con ella a un centro de locos.

-Vic, tsss, tsss. ¿Se puede saber que te pasa? ¿Que le vas a decir si pasan lista de tripulantes y nosotras no estamos?

-He hablado con Dani, y le he dicho que digan que nos hemos puesto enfermas. Fácil, Júlia, fácil. Voy a pinchar. Con un buenorro. Madre mía. -Solo le faltaba bailar y dar palmas para demostrar lo contenta que estaba.

-Estás mal de la cabeza, en serio. Quien me mandaba a mi hacerme amiga de una tarada como tú.

-Victoria, Júlia, ¿queréis una cerveza?

No dijimos que no, y empezamos a beber como locos, y de gratis, algo bueno tenía que tener todo eso, y le empezaba a coger el gustillo de hacerme pasar por una monitora.

Hugo

Eran las 7:00 de la mañana, y acababa de llegar el barco, había llegado el momento de que empezara la historia, y el verano.
No encontraba a Lucas por ningún lado, y la verdad es que estaba empezando a preocuparme, solo veía cabezas de niñas y niños que salían del puerto.

-Eh, Hugo, aquí. -Me llamó desde arriba del barco aun, iba con dos chicas más, ellas estaban de espaldas. Él me hizo un gesto con un dedo indicándome que la morena era suya.
Bajó rápidamente, solo.

-¿Has visto que culo tiene?

-Desde aquí abajo no te reconocía ni a ti, iba a ver mucho culo yo...

-Están buenísimas, pero ya sabes que me van más las morenas, se llaman Victoria y ... Joder tío, no me acuerdo de su nombre. Ya te las presentaré.

-Tranquilo, que ya tengo una vista que ronda por aquí, es más, ya he estado en su habitación, esta noche cae. -La chica de la que hablaba era guapa, con los ojos verdes y una 100 de pechos, naturales.

Entonces se acercaron dos chicas, una más alta que la otra, la morena no era gran cosa y la rubia llevaba la maleta en brazos y no se le veía la cara.

-Ella es Victoria, y su amiga...

-Júlia. -Dijo dejando la maleta en el suelo para poderme ver y presentarse.

-Tú. -Dijimos los dos a la vez.

-¿Os conocéis? -Preguntaron Lucas y la otra chica.

-Este es el capullo que me dejó tirada. -Me miró con cara de rabia y podía ver como apretaba la mandíbula como si hubiera estado apunto de morderme.

-¿Es alguna de tus chicas, Hugo? Si es así no te enfades con él por no haberte vuelto a llamar, pero es así, una noche y si te ha visto no se acuerda, aunque en este caso parece que sí que te ha reconocido...

-Lucas, calla. Lo siento, ¿vale?

-Que te den. -Dio media vuelta y se fue.

-Júlia, Júlia, espérame. -Le decía la morena chillando- ¿por qué no entiendo nada? -Me preguntó y se fue detrás de su amiga.

-Hugo, no sé como pero ya estás empezando a recuperar al que iba a ser el polvo de esta noche hasta que has aparecido tú.

Pólvora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora