Yo solo quiero.

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Júlia

-¿Se puede saber donde coño te habías metido?   -me gritó Vic.

-Estaba haciendo la maleta.

-Aún quedan 3 días para que acabe esto, Júlia. ¿Te has dado un golpe en la cabeza o es que has perdido la noción del tiempo?

-Lo que he perdido son las ganas de quedarme, Vic. -le dije cerrando aquella maleta que días antes me había ayudado ella a hacer con toda la ilusión del mundo.

-¿Te vas? ¿Volando? Te juro que a veces pienso que ese rubio natural te vuelve tonta por momentos. ¿Como te vas a ir? ¿Me vas a dejar aquí sola? Si vine a este viaje fue porque quería pasar el máximo de tiempo contigo antes de irme a la universidad, y tú me dices ahora que te vas a saber porque estupidez que no has tenido ni consideración de contárselo a tu mejor amiga, manda huevos la cosa, Júlia.

En ese momento sabía que tenía razón, a más, ¿por qué iba a irme? Él ni siquiera le había importado dejarme allí, es más, no éramos nada como para echar a perder el viaje de fin de curso tan merecido. Empezaba a odiar la sensación de que él no estuviera y ni siquiera se había ido aún.

-Está bien, está bien, Vic, haz como si no hubiera dicho nada. Voy a quedarme y estos tres últimos días lo vamos a rebentar.

-Tú lo que necesitas es folla, Júlia, y lo sabes. Esta noche te presento a bomboncitos que seguro que se mueren por una staff como tú. -me dijo guiñándome el ojo.

-Lo dejo en sus manos señorita Montes, pero intenta que sea moreno y bien guapo, sino no hay trato, ah, y sácate de la cabeza lo del sexo, que va a ser que no.

Tenía que hacer lo que fuera para que Hugo se quedara, aunque fuese una noche más, quería volver a dormir con él, por muy difícil que fuera. Lo que estaba claro es que no le iba a rogar, ni mucho menos, pero se me tenía que ocurrir alguna cosa que funcionase.

Aquella noche había una fiesta de parejas, era una de esas fiestas que te daban un número y tenías que pasarte toda la noche buscando a la otra persona del sexo opuesto que tuviera el mismo número, y si lo lograbas, te invitaban a un chupito.
Vic y yo nos pasamos dos horas arreglándonos y probándonos modelitos, sin duda, ella estaba preciosa y según ella, yo también lo estaba. Ella optó por ponerse un vestido entubado de color azul eléctrico y unos tacones que daban vértigo, y yo, me decidí por un vestido negro de vuelo y unas converse rojas, ya que no me apetecía caerme si tomaba unas copas de más.
Al salir de la habitación, Lucas esperaba a Vic con su mejor traje, smoking y pajarita, iba muy guapo.

-Supongo que te has enterado que nuestro super H se va esta misma noche, ¿verdad? -me preguntó Lucas nada más verme.

A Vic se le pusieron los ojos como platos, y me dio un golpe con el codo arrugando la frente. Creo que en ese momento se percató del porqué de mis ganas de irme.

-Sí, algo me han comentado. Que le vaya bien el viaje, parecía buena gente. -contesté yo sin darle la más mínima importancia al asunto aunque me estaba muriendo por dentro al imaginármelo cogiendo el vuelo para irse.

-Veo que lo llevas bien, ¿te has despedido de él Júlia? -insistía en el tema.

-Pues me he cruzado con él esta tarde, y sí, podríamos decir que le he dicho adiós, parecía bastante decidido. -le hablaba sin mirarle a los ojos.

-¿Entonces no tiene nada que ver lo de que quisieras irte tú esta tarde? -me preguntó esta vez Vic mirando a Lucas de forma intimidante.

¿Por qué había dicho eso?

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