Guerra Mundial. Parte 2.

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Hugo

-¿Crees eso? -dije intentando que se le quitara esa idea de la cabeza.

-Vamos, Hugo, nunca has pasado tanto tiempo ni has hecho tal locura por una chica que ni siquiera has besado. ¿O si lo has hecho?

Yo tan solo desvié la vista, no quería que me siguiera mirando a los ojos, con esa mirada.

-¿La has besado? Madre mía. -hizo un gesto con la boca, sorprendiéndose.

-No fue un beso, tan solo se rozaron los labios, y lo hice para tranquilizarla.

-Ahora todo se le llama así, venga ya, matado, cuéntame, ¿que tal folla? - dándome un golpe en la espalda.

-Lucas, no me la he follado. No porque tu te hayas tirado a su amiga significa que yo haya hecho lo mismo.

-¿Es una chica dura de roer? Esas son la peores, van de mosquita muerta y luego en la cama te hacen de todo.

-No hables así de Júlia. -el pulso se me aceleró, perdí el control y lo cogí por el cuello.

Al darme cuenta de su mirada atemorizada me maldije, y lo solté.

-No vuelvas a hacerlo nunca más, capullo. Me ha quedado claro, no es una cualquiera, machito. -dijo entre risas.

-Lo siento, Lucas, no sé que me ha pasado. -le pedí disculpas.

-¿Te gusta de verdad, no?

-No me gusta, solo intento protegerla, se lo debo por el atropello. -intenté mentalizarme que tan solo era por eso.

-Chaval, te conozco des de que tu madre te cambiaba los paña... -entonces se calló. - no tendría que haber dicho eso. -se acercó de nuevo a mi y me dijo cambiando el tono de chulo por uno más suave, como compadeciéndose de mi.- tan solo digo, que deberías empezar a reconocer que esa chica te gusta, aunque no entrara en tus planes, pero te gusta. Yo ya me he dado cuenta, y te conozco más que a mi propia mano, no intentes engañarte, Hugo.

-No me gusto ni yo, ¿como me va a gustar ella? Además, esto en 5 días se acaba y no la volveré a ver más. -asentí. -se me pasará como todo se me pasa, tan solo son ganas de llevármela a la cama, sabes que no quiero nada más de una mujer que no sean sus 4 labios.

-Pues no sé porqué me da a mi, que de ella vas a necesitar más que eso, como sigas pasando tiempo a su lado. -me remarcó. -Te gusta, supéralo ya. -y salió por la puerta dejándome solo.

Des de hacía 4 años que a la única mujer que valoraba, respetaba y cuidaba era a mi hermana. Una mocosa de 5 años que adoraba a sus dos hermanos mayores, la reina de la casa. Era la única persona con nombre de mujer hasta entonces que me había hecho el hombre más feliz del mundo, sobretodo cuando aprendió mi nombre y cuando empezó a andar cogida de mi dedo pulgar.

Y en menos de un mes, el nombre de Júlia me había quitado hasta el sueño pensando si estaría bien.
No podía estarme pasando eso, no a mi, no quería tener una familia, ni tener hijos, tan solo quería vivir la vida, trabajar, emborracharme, tener sexo, disfrutar de mi hermana y partirle la cara a cualquier macho alfa que intentara salir con ella en unos años.

Pero había llegado Júlia. Y estaba empezando a echar a perder todos mis planes, y no podía permitírselo.

Era el momento de tomar una decisión, aunque la decisión, ya estaba tomada.

Júlia

Sabía por comentarios de mis compañeros, que los móviles ya se habían entregado, incluso el mío ya estaba en una caja y no lo tendría de vuelta en 5 días.

-Júlia, ¿puedes quedarte un momento aquí? Voy a ver que pasa allí en la piscina, que me parece que hay bronca entre dos chavales. -me preguntaba Albert.

-Claro, sin problemas. Creo que Vic está cerca de ellos. Ves.

De lejos se veían 3 monitores separando a los chicos, se estaban peleando, y Vic estaba apartada observando como lo hacían. Aquella mañana nos había tocado estar en dos puntas diferentes, era una pool party, y nosotras tan solo teníamos que vigilar que no se hicieran daño y que no sacaran las pelotas fuera del agua.

-¿Te pagan por no hacer nada, niñata? -acababa de llegar Cori, mi amiga del alma.

-Parece que prefieren que no haga nada a que tu hagas algo, media neurona.

-¿Sabes que podrías hacer? -preguntó desafiante.

-Sorpréndeme.

-Secarte. -y me empujó hasta perder el equilibrio y caer dentro del agua.

No me lo esperaba, al salir de la piscina ella ya no estaba, estaba en la otra punta. Riéndose, y me enseñó el dedo del medio.

Los monitores vieron que me había tirado, y entonces uno de ellos gritó: ¡A refrescarse, equipo! Y todos los monitores saltaron al agua con los estudiantes empapándolos a todos los que estábamos a fuera. Finalmente, se acercó Albert que se había apartado a hablar por el microfonillo que llevamos todos los monitores.
Tenía mala cara, deducí que no eran buenas noticias.

-¿Que pasa Albert?

-A partir de mañana, somos uno menos en el equipo de monitores, Júlia. Y no nos lo podemos permitir.

-¿Quien se va? ¿Y porqué? -pregunté yo extrañada, todos nos llevábamos muy bien, menos yo con Cori, pero ella no iba a irse por mi culpa. Aún me tenía que dar mucha guerra.

-Se va Hugo.

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Continuará...
Arriba os dejo una foto de Mallorca, hecha por mi. #N

Pólvora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora