Capítulo 9

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-cierra los ojos y confía en mí.

-Ok, confío en ti. -Sonrió y Dul le colocó sus manos en los ojos.

-Sí pero mejor yo te los tapo.

-No dejes que me caiga.

-No, nada te pasará, yo te estoy cuidando. -Dulce le susurró en el oído y Any sonrió. -Caminemos un poco más. -Caminaron por unos minutos. -Aquí esta, ¿lista?

-Sí, ya quiero ver lo que me vas a enseñar.

-¿Te has subido a un caballo alguna vez? -Sacó las manos dejando que Any viera todo.

-Que hermosos, Dul son muy lindos.

-¿Y qué dices?

-¿Qué digo? ¿De qué?

-Te subirías a uno. -Anahí la miró asustada.

-¿Sola? -Dulce sonrió acariciándole el rostro.

-Si quieres podemos subirnos las dos en uno y pasear. Es divertido lo aseguro.

-Me da miedito...

-Estarás conmigo. ¿Sí? -Anahí respiró.

-Ok.

-Primero vamos a tocarlos para que no les tengas miedo. Dame tu mano. - Anahí lo hizo no muy segura. Dulce entrelazó sus manos dejando la palma de la mano de Any al descubierto y suavemente acercó sus manos al caballo. -Ves es tierno y no hace nada.

-Es suave. -Dijo sonriendo.

-Sí. Ahora vamos a pasear. ¿Joven cual caballo o yegua nos podemos llevar para dar una vuelta?

-Esta. Una yegua blanca muy bien cuidada.

-¿Tiene nombre?

-Le decimos Kiara pero si usted quiere otro...

-Ese es perfecto. -Dijo Anahí y Dulce la miró sonriendo. -Ee lo siento... Tú eres la dueña tu mandas...

-Kiara está perfecto, si el amor de mi vida lo dice, ese será. -Anahí la miró con los ojos abiertos al igual que el chico.

-Ya la pueden montar, ¿las ayudo?

-No gracias, podemos solas. -Dulce acarició a la yegua y la tomo por las riendas con una mano y con la otra entrelazó sus dedos a los de Anahí. Caminaron un poco y luego se detuvo. -¿Ya estas lista?

-Eso creo.

-Ven sube yo te ayudo y luego subo tras de ti.

-Ok. -Anahí hizo lo que Dulce le indicó y luego Dulce subió detrás de ella. Estaban muy pegadas la una de la otra mientras la yegua muy despacio las llevaba.

-Hace mucho no te tenía así de cerca... Extrañaba el olor de tu pelo, de tu piel... -Dijo cerrando sus ojos respirando su olor.

-Dul...

-Lo siento... ¿Mira qué te parece si vamos un poquitín más rápido y vamos al rio? Te encantará te lo aseguro. -Anahí sonrió.

-Si prometes que no me caeré de aquí.

-Lo prometo. -Paseaban y Anahí no dejaba de tener esa sonrisa en su rostro todo era tan hermoso se adentraban en el campo y luego en una especie de bosque pero de preciosas plantas. Podían escuchar los diferentes cantos de las aves y respirar el aire puro.

-Me encanta este lugar.

-Y a mí.

-No entiendo como no volviste.

La Ley del HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora