Capítulo 10

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Horas más tarde... Ya todos en la casa dormían y Anahí caminaba por la casa en un sexy trajecito/piyama blanco hacia la habitación de Dulce. Y abrió la puerta sin siquiera tocarla. Encontró a Dulce cambiándose de ropa, estaba en ropa interior cuando se asustó al escuchar la puerta.

-Que susto me has dado mujer.

-Hace mucho no te veía así...

-Harás que me sonroje, no me mires así.

-Vine a continuar lo que empezamos... -Dulce la miró sorprendida mientras veía a Anahí acercarse a ella muy seductoramente.

-¿De..e qué hablas? -Comenzó a ponerse nerviosa y Anahí sonrió tomándola por la cintura plasmándole un apasionado beso en los labios.

-Tu piel es tan suave... Siempre quise tenerte así para mí. -Le susurraba en el oído sin dejar de acariciar su cuerpo, si espalda. Dulce se estremecía y Anahí bajo de su boca a su cuello haciéndola perder el control. Lo besaba, mordía, lamia. Dulce se dejaba llevar mientas levantaba el trajecito de Anahí para dejarla en iguales condiciones. -Te necesito Dulce. Quiero que seas mía para siempre y que yo sea tuya para siempre.

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-Cuándo vas a entender de una vez por todas que quien te quiere en su vida te lo demuestra. No puedes imponerte, por más que quieras estar en la vida de alguien, ser parte de su mundo no es posible si esa persona así no lo desea. ¡Dul! Entiéndelo de una vez. -Ahhh es que... Estaba segura de que... -Respiró profundo tratando de calmarse.

-No puedo creer que lo hiciera de nuevo, no puedo entender que me hiciera lo mismo de nuevo. ¿Comprendes cómo me siento? He hecho de todo, una y otra vez y ella... Ahh. -Dio un puño sobre la mesa.

-Comienza por tranquilizarte. De la forma en que estas no podrás resolver nada. Debes pensar con la cabeza fría.

-¡Maite! ¡Maldita sea!, no puedo entenderlo, no después de esa noche...

-¿Dul hiciste algo que crees que fue tanto como para esto?

-Tratarla como una princesa, solo eso... ¡Además de que fue ella la que me buscó, la que me sedujo! Ahhh. -Respiró tratando de calmarse.

-¿Y no intentaste llamarla?

-No y no lo hare.

-¿Dejaras las cosas de este modo?

-¿Y qué pretendes que haga? ¿Tragarme mi orgullo una vez más y buscarla? ¿Pedirle que me explique? No hay más que lo que veo ante mis ojos. No hay nada más que buscar. Lo intente Maite, el mundo sabe que lo intente una vez más y quedará grabado por la eternidad. Aunque se me este rompiendo el corazón en pedazos no puedo buscarla. Todo tiene un límite y ella me rompió el corazón de todas las formas posibles. Me utilizó y... -Contuvo sus lágrimas.

-¿Y si hay otra explicación?

-Madre, déjala tranquila, no hay más que decir. Consuelo dijo que Anahí salió antes de ponerse el sol, recogió todo con prisa y se largó. ¡Se largó! Sin una nota, sin un adiós ¡nada! No hay nada que buscar. -Interrumpió Jess muy molesta.

-Dulce suspiró. -Voy a mi cuarto, creo que es mejor que esta noche me quede aquí en tu casa si no tienes problemas.

-Dul esta es tu casa, siempre podrás contar conmigo.

-Y conmigo. -Dijo Jess abrazándola. Dulce sonrió y subió a su habitación. Al cerrar la puerta y estar completamente sola se tiró al suelo y comenzó a llorar fuertemente. Estrellaba sus puños contra el suelo sin sentir el dolor. Mientras su rostro estaba rojo y lleno de lágrimas.

La Ley del HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora