Capítulo 11

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-Maite realmente no puedo perdonarla. Y ya lo acepté, ¿Que aun estoy temblando por haberla visto?, pues sí, mira. -Despegó las manos del volante y estas temblaban. -¿Que mi corazón quiere estallar? Pues sí, este idiota que hay en mi pecho solo quería quedarse con ella. Pero hay algo que se llama dignidad y algo que se llama quererse uno mismo y si ella me destruye no puedo quedarme a su lado, aunque la ame como la amo.

-¿Y si esta arrepentida? -Preguntó Jess.

-Es tarde, ella eligió y ahora fue mi turno de elegir. No quiero tocar más el tema, Anahí no existe si ustedes lo entienden quizás mi camino sea menos duro. -Ambas asintieron en silencio.

-Te amamos tia Dul.

-Yo también las amo. -Sonrió y continuó manejando. Jess se preguntaba si había hecho lo correcto de haberle dicho eso a Anahí, pero ya era tarde, ella también ya había tomado una decisión, para bien o para mal había ayudado a Anahí.

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-Angélica no te vayas lejos, no te puedo ver, no juegues así. -Anahí en un segundo de descuido cuando volvió a observar la niña ya no estaba. -¡Angélica! -Se asustó y no la podía ver. Buscaba y buscaba pero no la encontraba. -¡Angélica! -Miraba a todos los lados aterrorizada. -¿Ha visto a una pequeña rubia de ojos claros? -Algunas personas la ignoraban y otras negaban mientras Anahí seguía buscando pero había tantas personas en la feria que no podía ver bien y estaba a punto de llorar. Se sentía desesperada.

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-¡TI DUL! ¡TI DUL! -Dulce al escuchar esto se volteó inmediatamente quedando sorprendida mientras Angélica corría hacia ella. Dul se agachó y la tomó en sus brazos mientras Angélica lloraba y la abrazaba.

-¿Dónde está tu madre? -Preguntó asustada.

-No. -Señalaba a todos lados y abrazó a Dulce.

-¡Oh Dios! No me digas que te le has perdido.

-¡Allá! ¡Allá! -Dulce observó y la pequeña señalaba unos globos de colores. Dulce sonrió y le compro los globos.

-Tu madre debe estar preocupada, nunca debes alejarte de ella. ¿Entendiste?

-Sí. -Decía asintiendo sonriendo feliz con los globos. Dulce le había secado las lágrimas y mientras la cargaba buscaba a Anahí entre la gente. A lo lejos logra verla histérica preguntándoles a las personas por la pequeña sin saber qué hacer. Dulce suspira y coge fuerzas para acercarse a Anahí mientras ve que esta se sienta en un banco a llorar mientras llama por teléfono posiblemente a la policía. Dulce llega a su lado y Anahí está concentrada llorando con la cabeza hacia abajo con el teléfono en su oído.

-Está a salvo, me reconoció y me llamó... -Anahí al escucharla se puso de pié inmediatamente, mientras tomaba a Angélica en sus manos para abrazarla y besarla lloraba más pero de alegría sin decirle nada a Dulce. Dulce se iba a alejar y Anahí al verla le habló.

-Gracias Dulce. Has salvado a mi pequeña, te debo una.

-No me debes nada, solo nunca más vuelvas a perderla de vista. -Le dijo Dulce muy sería mirándola a los ojos. Anahí esto la hizo sentir como la peor madre del mundo.

-Nunca volverá a pasar. -Dulce asintió y se alejó.

-¡Dulce espera! -Esta vez Dulce si se detuvo un segundo aun dándole la espalda. -Si estoy aquí es por ti. Necesito que hablemos por favor. -Dulce suspiró cerrado los ojos.

-No hay nada de qué hablar, ya tú elegiste y yo también tomé mi decisión.

-Dul... -Dijo esto tocándole el brazo y trató de voltearla. Dulce la miró a los ojos, ambas con ellos aguados. -Te amo... -Pronunció despacio sin dejar de mirarla. Dulce bajo la mirada aún temblando por tenerla así de cerca.

La Ley del HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora