Agarraré mi guitarra y la partiré en mil pedazos ¿Sabes por qué? Porque me recuerda a ti, no hay nada más frustrante que tu confusión. Oh, mi niño, no te pierdas. De igual manera siempre estaré para llevarte a casa. Entrelazaré nuestros dedos, acariciaré tus nudillos y susurraré las palabras más lindas en tu oído.
Te compararé con las rosas de mi jardín, las rocas que delimitan mi camino, las ropas que dejaste bajo mi almohada y que siempre sujeto en las noches. Incluso te compararé con las constelaciones que me miran desde el cielo. Me gustaría ser una de ellas para cuidar tus sueños mi niño, mi pobre niño perdido.
Cuida mis rosas, no dejes que se marchiten, que si fuera por mi, cariño, las descuidaría sólo por cuidar las tuyas. ¡Oh, no tengas miedo! Que si necesitas mi ayuda, regaré las tuyas.
Eres pasión, locura, determinación, confusión, seducción.. la mezcla divina. Mi niño, el canto de los dioses los escucho en mis galaxias mientras tu riegas mis jardines.
Oh, mi niño. Tu destreza me a dejado ciega. Ya no puedo mirar a través de mis ojos otro ser más destructivo y tóxico que no seas tú ¿Y sabes que es lo peor? -Oh cariño, esto puede ser peor mi amor- Qué me encanta.
Salváme, llévame, tómame, ámame, arrastrame junto a ti. Me marcaste, y espero, que si me voy al infierno, seas tú quien me lleve de la mano.
Y si no eres tú... Esperaré olvidarte, esperaré años, porque a mi niño no lo podré olvidar ni en días ni en semanas. Esperaré que no duela tanto recordarte mientras dure tu sabor de labios en mi memoria. Que situación tan contradictoria, al final, no se sí te tuve, o me tuviste; si te tengo, o me tienes; si te tendré, o me tendrás.
Extraño las mañanas, las tardes y las noches. Extraño el dorado de tu mirada y la poesía que me recitabas. Extraño tu jardín, tus rosas. Extraño tu elocuencia, tu bendita manera de envolverme con tus palabras.
La única diferencia de nosotros, y Romeo y Julieta, es que no estuviste bajo mi balcón para atraparme.