Rosas rojas, con aroma a gloria.
Tengo rosas en mi mente, un jardín entero destinado a tus frutos. Tu susurro acaricia mi piel, tus largas pestañas hechizan mis reflexiones.
Tengo las fuerzas para vivir, la vida es agraciada, la vida es gloria, la vida soy yo escribiendote poemas con mi demencia a flor de piel, con las aflicciones desencadenando una lucha de emociones que me invaden hasta el monte Venus.
Tu voz, es la dulce canción que estaría dispuesta a repetir sin descanso.
Ellos son blanco y negro, nosotros somos rojo y azul, una fuerza que se necesita mutuamente.
Somos nuestros hilos rojos.