Y a pesar del pasar de los años, nos encontramos y nos miramos bajo el brillo sublime de la luna, que me arrulla bajo el seno de los recuerdos dulces de tu roce. Y que le queda a mi pobre alma devastada, más que ser una transeúnte más en las calles, más que ser un alma parecida a unas cien mil almas más, más que ser tuya.
Te abro la puerta de mi ser, puedes venir a investigar, ver mi luz y nunca me verás más vulnerable, más concentrada en tus ojos mieles que me cautivan hasta quitarme la respiración.
Tú me complementas.
Eres el brillo en mis ojos, eres la juventud de mi alma, el color de mis cabellos, la vitalidad de mi corazón, la sonrisa en mis labios y los escritos en mis cuadernos.