Leticia Lobo se había cansado ya de su empleo. Todos los días , en la tienda le concurría esas ganas de irse y largar todo a la mierda. No era tan buena ya dado el sueldo tan pobre que su jefe les daba a ella y sus compañeros. Cuando este se ausentaba sacaban a la luz su disconformidad. Se trabajaba bien pero les pagaban mal. Típico de este sistema, donde se atiende a clientes de mal humor, con sus ponzoñosas imaginaciones de ropa de moda, algunos buenos ( gracias a Dios existían algunos) y otros sin una gota de amabilidad. Pero claro el vendedor debe estar con su estoica sonrisa de... digamos de vendedor. En una tienda donde se vende buena cantidad de productos y los empleadores a cargo no se esfuerzan por pagar lo justo. Haciendo la excepción a la regla Leticia comenzó a despreocuparse por este asunto, dejaba cosas sin ordenar, no se incentivaba por vender de mas , aunque tuviera la facilidad de hacerlo y era seca con los clientes. Su jefe vio este cambio casi abrupto y la presionaba cada vez mas amenazando con bajarle su sueldo por cada vez que llegara tarde y en múltiples ocasiones la mandaba a pagar servicios de sus compañeros o de la tienda. Era octubre del 2013 , tenía veintiuno y cumpliría veintidós en noviembre. Lo había planeado todo , solo trabajaría hasta mediados de noviembre y luego se largaría de allí para luego tratarse del dolor lumbar y tal vez estudiar... Tal vez.
Bajando por la parada del bus , Leticia Lobo se dirigía al trabajo por una calle que como siempre estaba despoblada. Eran las 8.00 de la mañana. Tenía la música a todo volumen en los auriculares. Iba muy distraída con una canción de Buck Tick. Iba a doblar en la esquina , metiéndose por una calle muy desolada. De repente una voz en su cabeza le decía que era peligroso. Se sintió en peligro . Su estómago segrego esa sustancia junto con el cerebro.<<¡ No dobles la esquina !>>. Dobló la esquina no haciendo caso a esa voz al pensar que era una especie de paranoia. Uno pasos muy rápidos se hicieron sentir a través de sus auriculares, corrían detrás de ella. Su boca fue tapada violentamente haciéndole morder el labio inferior con la mano del extraño y la otra que le rodeaba la cintura. El tipo le decía algo que ella no escuchaba por la música . Leticia Lobo se retorció como pudo y gritó fuertemente cuando éste la soltó . Leticia Lobo calló sobre sus rodillas paralizada por el miedo y siguió pidiendo ayuda a gritos.
En la calle no había nadie que pudiera ayudarle. El tipo estaba en frente de ella, sin saber qué hacer pues, sus gritos podían haber despertado a algún vecino o algo así. Leticia estaba en el suelo, contra una pared de alguna casa. Pensó lo peor cuando vio que otro hombre se aproximaba a paso lento a su encuentro desde la esquina por donde ella había doblado. Pensó que la matarían o la violarían o las dos cosas. Se le erizaron los pelos y abrió los ojos como platos. Ahora eran dos tipos de unos treinta años, altos, más altos que ella. Leticia Lobo se puso de pie y el que estaba en frente de ella comenzó a palparle los bolsillos de su cazadora y de la cartera. La música todavía sonaba en sus oídos pero ella no escuchaba. La voz de una mujer se oyó de unos de los balcones. - ¡Hijos de puta! ¿¡Por qué le roban a una chica!? Los hombres se alejaron de Leticia Lobo sin antes sacarle algo de valor, no tenía nada excepto un Mp4 de la marca Carlson. Se lo arrancaron de su bolsillo y de repente solo tenía los audifonos en suelo. Los dos tipos se dieron a la fuga rápidamente corriendo en dirección a la estación del tren que quedaba cerca de allí. A Leticia Lobo le invadió un repentino valor y coraje. - ¡¡¡HIJOS DE PUTAA !!! ¡¡¡MALDITOS!!! ¡¡¡HIJOOS DE PUTAA !!! ¡¡¡RATAS!!!
Quiso seguirlos y darles su merecido, pero recapacito en que ella era una y no tenía sentido perseguirlos por aquel reproductor de música. Con el pesar del mundo fue echando humo, estaba muy cabreada. Éste hecho fue el que le hizo adelantar su decisión de largarse del trabajo. Leticia Lobo denunció el hecho a la policía inmediatamente, pero luego al otro día cayó en una sensación abrumadora y no se presentó a la comisaría para decir si algunos de los detenidos eran los culpables del robo. Se sintió con miedo. Su padre estaba en su casa cuando supo del hecho por medio de su ex mujer. Le preguntó a su hija cómo estaba y ésta le contestó por lo que había pasado.
Al día siguiente solo se presentó a renunciar a su empleo. Por un lado tenía miedo y por el otro no estaba segura de recordar sus rostros lo que sería frustrante para ella. Se retiró de su lugar de empleo dando lucha por una modesta suma de dinero tras haber amenazado a su jefe con iniciarle juicio en su contra por no registrar su empleo. Aquel logro de enfrentarse a alguien le dio algo de confianza. Pero pasando los días, una mala espina creció en su interior pensando acerca de lo ocurrido.
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Mariposa Escarlata (Seikeigekai)
RandomLeticia es apática en lo que se refiere al amor por ciertas experiencias vividas . Descubrirá con asombro la existencia de una persona en quien, inconscientemente ,depositará cierta confianza.