Leticia Lobo ya tenía en su poder los estudios efectuados. Uno era una ecografía de la palma izquierda y lo otro una radiografía de su columna vertebral , los había guardado en una bolsa de zapatos y lo colgó en un lado del escritorio. Solo le restaba esperar por la cita, que estaba fijada para el mes de agosto. Esperar tanto por aquello la fatigaba bastante, pero así era el sistema que regía la salud pública.
Seguía sin trabajo y su dinero se agotaba, entonces su madre le daba algunas veces para sus gastos personales , aquello le molestaba bastante ya que había probado tener cierta independencia económica y ya no la tenía.
Un día de mucho frío por la tarde, volviendo de la casa de su amiga, como siempre revisó el buzón del correo. Nada especial a excepción de un bollo de papel blanco. Leticia Lobo frunció el ceño y miró a su alrededor esperando inconscientemente encontrar al gracioso. Abrió el bollo de papel pero no había nada escrito él. Renegó mentalmente y entró a su casa con la correspondencia, atravesando el patio con el bello jardín de invierno y abrió la puerta de su casa. En el comedor a la sala de estar ,dejó las cartas sobre la mesa al lado del florero y tiró el bollo de papel a la basura. Inspeccionó su casa para saber si su madre se encontraba en alguna parte, no había nadie. Se encogió de hombros y se dirigió a la cocina para hacerse algo de comer. El silencio era ensordecedor y se dirigió a la sala de estar con el omellete que había preparado, entonces encendió el televisor y dejó el omelette en la mesita ratona. La calefacción estaba encendida así que se sacó el cardigan negro que llevaba y lo colgó en el respaldo de una silla.
Cuando por fin se sentó escucho un ruido que provenía del patio de la entrada de su casa. Fue como si algo hubiera caído, entonces Leticia Lobo se levantó de aquel sillón y salió para ver qué había sido aquel sonido. Miró a su alrededor. Nada. Luego miró detrás de las plantas. Una sombra obscura se aproximó lentamente hacia ella. -¿Nya?- Leticia Lobo abrió grande los ojos y sonrió. - ¡ Un gato!- Exclamó feliz.- Hola¡ qué sorpresa! ¿Por qué nunca te he visto por aquí?- El gato era gris es su totalidad, tenía grandes ojos amarillos y estaba algo flaco. El gato se enroscaba en sus piernas y maullaba. Leticia constató que no llevaba collar y que estaba castrado. << ¿Qué haré con él ahora? >> Lo rascó detrás de la oreja y le sobó el lomo. Sería tal vez de algún vecino, pero en su manzana no había visto alguno igual. El gato se alejó de Leticia, trepó por la pared y subió al techo, entonces la puerta de entrada se abrió. Era su madre que venía de hacer algunas compras. Leticia Lobo ayudó a su madre con las bolsas y entraron a la casa.
Unos días después el gato gris volvió a aparecer, estaba en el techo de su casa y le maullaba a Leticia -que iba de compras. - ¡Ey! ¡Tú de nuevo! ¿ Qué haces por aquí?- el gato gris le maullaba desde lo alto. Leticia entró a su casa y volvió con un platito con leche. El gato gris bajó y tomó todo el contenido. Letica sonrió , pero seguía preguntándose de dónde vendría su visitante. Leticia salíó a hacer las compras. Cuando regresó el gato ya no estaba y el platito estaba vacío. Leticia sonrió nuevamente .
La semana siguiente el gato volvió a aparecer solo que ésta vez entró a la casa seguido de Leticia sin que se diera cuenta. Al notarlo la madre de Leticia exclamó con sorpresa la presencia del gato gris. Leticia Lobo , que no había tenido ni un perro viejo de mascota , le preguntó a su madre si lo podía conservarlo. Su madre meditó la respuesta en un corto rato y le dijo que lo podía hacer pero en cuanto consiga un trabajo debía mantenerlo ella misma. Leticia asintió sin ningún problema y besó la mejilla de su madre con cariño. Leticia tomó al gato en sus manos y éste le lamió la nariz. Durante la cena, ellas indagaron sobre la aparición repentina de aquel gato gris y su madre había llegado a la conclusión de que era de un vecino que había fallecido un mes atrás y que ,aquella persona se dedicaba a la investigación de patología psíquicas, le decían "El Doctor" casi como si fuera un apodo, su nombre era Alberto Martin. El padre de Leticia solía relacionarse con él pero de un momento a otro dejaron de hablarse. Leticia fijó la mirada en el gato que estaba descansando sobre una silla. Notaron que aquel gato no pedía comida de humanos por más sabroso que se oliera. El gato durmió a los pies de Leticia Lobo.
Unos días después volviendo de comprar la comida balanceada para Camilo, el gato gris, notó que del buzón había un bollo de papel rojo trabado. <<¿ A esta gente le gusta tirar la basura aquí?>> Lo sacó de allí y lo tiró a la basura cuando entró a su casa. No se había molestado en abrirlo.
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Mariposa Escarlata (Seikeigekai)
RandomLeticia es apática en lo que se refiere al amor por ciertas experiencias vividas . Descubrirá con asombro la existencia de una persona en quien, inconscientemente ,depositará cierta confianza.