Sasusaku - Por la eternidad

Chapter 8

Llevábamos un día entero sin descansar, por lo que el cansancio empezaba a hacer mella en nosotros. Al principio de nuestra viaje, acordamos que descansaríamos esta noche para que mañana a medio día nos encontráramos allí.

De repente, Sasuke paró.

- Creo que deberíamos quedarnos en este lugar - opinó mientras se sentaba en el suelo - Ya está anocheciendo.

- Me parece bien - le contesté cansada, para acto seguido sentarme a su lado en el árbol. Él mientras tanto, me miró detenidamente.

- No tengo ganas ni de comer - le confesé abatida - me dormiría ahora mismo.

Lentamente fui recostando mi cabeza sobre su hombro, pero al instante se levantó.

- Pues iré yo a por la comida. No es bueno que no comas nada - me afirmó, para dejar sus cosas y después desaparecer.

¿Por qué no se podía quedar quieto por unos minutos? Me pregunté llorando internamente.

De pronto, una corriente de aire me envolvió. Estaba comenzando a hacer bastante frío.

Abrí la mochila de Sasuke en busca de la chaqueta que me había traído, pero al sacarla, observé como una foto descendía hasta el suelo. Curiosa, la tomé.

Mi corazón dejó de latir. Una tierna sonrisa se formó en mis labios al verla.

En la imagen aparecíamos Sarada y yo sonriendo.

Aún recordaba aquel día...

Flash Back

- ¿Y a qué se debe esta invitación? - les pregunté extrañada. Ellos ante mis palabras se sonrojaron como dos tomates.

- Bueno... - empezó diciendo Naruto mientras se rascaba la nuca - cómo te digo esto dattebayo...

Agachó un poco su cabeza riéndose. Hinata me miró decidida.

- Sakura..., estoy embarazada - finalizó la esposa de mi mejor amigo irradiando felicidad - Y es una chica.

Abrí mis ojos de la impresión, para después lanzarme a abrazar a Hinata.

- ¡Eso es fantástico! - les exclamé emocionada - ¿Y ya tienen nombre?

- Sí, dattebayo. Se llamará Himawari - me contestó Naruto con una sonrisa.

- Me encanta - les confesé alegre - Es muy bonito.

Me alegraba un montón por ellos. De verdad se merecían todo esto que les estaba pasando. Habían tenido que sufrir mucho para conseguir sus sueños.

Tras estar unos minutos más hablando sobre la futura bebé y la actual Konoha, decidimos empezar a comer.

Cogí a Sarada entre mis brazos. Estaba vestida con un vestido rojo y el símbolo Uchiha en la espalda. Se veía realmente adorable con esa mirada molesta y los mofletes inflados. Inevitablemente su imagen apareció en mi mente. Mentiría si dijera que no lo echo de menos, pero lo comprendía. 

- ¿Tienes hambre? - le pregunté mientas le ofrecía un panecillo.

- Hmp - me respondió mientras alargaba sus manitas para cogerlo, pero yo se lo alejé aún más. Ella frunció el ceño enfadada.

Todos reímos por sus acciones.

- Toma - le dije al cabo de unos segundos, para a continuación dejarla en el suelo junto a Boruto. 

Inmediatamente este último le arrebató la comida, por lo que Sarada comenzó a llorar.

- Boruto, devuélveselo a Sarada - lo regañó su madre firme.