"¡Rose!" Escuché mi nombre que provenía de una voz masculina a lo lejos. Al voltear pude ver que era mi amigo Joey, quién corría por los pasillos del colegio solamente para alcanzarme. "Gracias a Dios te alcancé..." Respiró entrecortado, tratando de recobrar el aire. "Ya, vayámonos."
"¿Corriste toda la escuela solamente para acompañarme a casa?" Le pregunté fingiendo asombro.
"Por supuesto que sí, estúpida. Las calles de aquí son horribles a cualquier hora del día."
"¡A penas son las 5 de la tarde!"
"¡Camina!, hoy me toca cocinar." Dijo mientras me empujaba bruscamente.
Sin protestar, caminé junto con Joey hacia la salida del colegio y reí burlándome de su labor como amo de casa, mientras observaba como mi amigo me conversaba de sus chistosas historias acerca de mantener la casa limpia antes de que su madre llegara.
Joey tiene 19, cabello de color marrón oscuro y su tez era natural. Pero ha quedado un año por sus malas notas, y nos hicimos amigos al instante en que lo colocaron como compañero de asiento. A pesar de estar atrasado un año, él es una persona bastante responsable y atenta.
El nombre de Joey resuena por los pasillos del colegio, no muchas veces solamente por buenas razones. Sí, es uno de los chicos más populares por su carisma y amabilidad, pero al parecer su reputación (o imagen) ha descendido desde que lo comenzaron a ver que yo era su acompañante. No es que sea una caza pleitos, u odiada o algo así. Simplemente, no les cabe la idea de que alguien tan maravilloso como él esté siempre al lado de una persona que vive en un barrio de remolques y que no sobresale en lo absoluto.
Joey no era una persona engreída, ni mucho menos rudo. Pero se había anotado en la mayoría de los clubes del colegio, ganándose así a muchos amigos con diferentes gustos, edades y personalidades. Claro... Todo éso hasta que se topó conmigo. Sus notas bajaron por causa del poco tiempo que le quedaba al estar en tantos talleres, uno de ellos eran: de música, arte y deporte. Y ahora, he aquí, somos grandes amigos, podría decirse.
Volviendo al presente: Era viernes, y aun que no pareciera, él y yo estábamos entusiasmados por el fin de semana. Obviamente, por diferentes motivos.
Era viernes. VIERNES. Y eso significaba poder ver a Jimmy una vez más. Con tan solo pensar en que volvería a ver sus hermosos ojos azules y su serena expresión, me derretía por dentro.
Jimmy Smith, mi mejor amigo. Mi héroe por una razón que... No me gusta mencionar.
Jimmy es todo lo que quise e imaginé de un chico, a pesar de ser el único del cuál he estado enamorada. Se podría decir que dentro de todo es muy responsable, trabaja, y está pendiente de su pequeña hermanita.
Se preguntarán porque espero ansiosa una semana siempre para volver a verlo, pues... Jimmy se mudó hace más de 9 meses con su novia de hace 1 año y medio, Janeane. A pesar de sus constantes peleas, idas y vueltas, él nunca la ha abandonado por completo.
Podría decirse que su relación con ella es complicada, pero siempre me he repetido a mi misma que al final de cuentas ellos siempre van a volver. No sé si por el simple hecho de que ambos se han acostumbrado el uno con el otro o porque realmente se... aman. Por ende, yo también me he acostumbrado a sentir la ilusión y desilusión de que rompan y vuelvan. Por lo tanto, nunca he tenido el descaro de confesarme ante él.
Nos conocimos bajo una muy horrible circunstancia desde que tenía 11 y él 17, hace exactamente 7 años. Y desde entonces, siempre ha procurado cuidar de mí como si fuera una especie de hermana menor, o del medio, mejor dicho. Yo nunca podría ocupar el lugar de Lily, él nunca sentiría por mi el gran amor que le tiene a ella, lo cuál me hacía feliz el saberlo ya que me haría pedazos el que lo hiciera.
Yo no lo veo como un hermano. Nunca lo hice, ni lo haré.
Jimmy es la persona que he anhelado la mayoría de mi adolescencia hasta ahora. En algún momento ha sido mi todo, cuando era aún más niñata. Ahora lo veo como una meta que es muy difícil de llegar.
Llegar al corazón de Jimmy es como cruzar la muralla china completa en 5 días. Ésa era mi vista hacia él.
Obviamente, volverme su amiga significaba que hace un año comenzara a tener salidas con él y mis demás amigos, Future, Iz, Cheddar Bob, y Sol. Ellos nunca me han tratado como alguna nena que no sabe nada de la vida, a diferencia de Jimmy. Me dijeron varias veces que hasta parezco más madura que ellos, por lo que llegué a pensar que era cierto, pero nunca lo admitía. Tal vez era por eso el que se sintieran tan cómodos conmigo, nunca sentían que Jimmy estuviera de niñera o algo así. Sin mencionar mi estatura, ellos al principio solían confundirse por mi verdadera edad, pensaban que tenía 20.
Jimmy me sacaba de mis cabales por el hecho de que se comportaba como Don Sabelo Todo alrededor mío. Me ha enseñado varias cosas dentro de la movida de los fines de semana. Sí, lo admito. ¡Pero eso no lo hace mi Dios!. Pero a pesar de que me ha llevado a sus lugares donde solamente van mayores, siempre ha cuidado de mí y ha procurado que no tome ninguna decisión estúpida que hacen sus amigos como fumar marihuana, o beber bebidas alcohólicas ilegalmente. ¡Ni siquiera dejaría que algún chico se acercara a sacarme a bailar en su presencia!. OBVIAMENTE, desde hace un año que vengo escuchando el mismo verso: "Cuando cumplas 21 puedes hacer lo que se te cante el culo, pero por ahora no quiero que me lleven preso por drogar o embriagar a una nena de 17 años."
No me importaba, hacía lo que fuera por hacer sentir orgulloso a Jimmy. Y eran en ésas ocasiones donde dudaba sobre mi amor hacia él... ¿Porque me gustaba comportarme como una nena bajo su cuidado cuando estaba alrededor mío?. Pero eso cambió, dentro de poco estaría cumpliendo mis 19 y él dentro de unas semanas estaría en sus 24.
Antes no me importaba el hecho de que Jimmy se comportara como un hermano mayor conmigo, ni me molestaba la idea que me sobre protegiera. Pero ahora ya no tengo 10 años, y tan solo pensar que sigue viéndome de ésa manera me saca de quicio. Tanto así, que ya hemos tenido varios roces en los últimos meses, pero nada serio como para dejar de hablarnos ya que a los minutos estaríamos riéndonos de estupideces. Pero si ha logrado sacarme mis buenos berrinches.
Era viernes, uno más especial que lo normal. Hoy Jimmy se animaría a batallar en el Shelter, lugar donde todo rapero logra obtener respeto tras soltar rimas ofensivas hacia su contrincante.
Éste era un gran e importante paso para Jimmy, ya que él siempre ha tenido pánico escénico o se sentía menos a la hora de demostrar su talento hacia demás gente que no conociera. El hacer ésto significaría derribar un mural enorme que no deja seguir creciendo a Jimmy, por eso es que todos queremos que, de alguna manera u otra, se presente de una puta vez.
Hoy es su noche, y yo estaré ahí para él. Como siempre lo estuve por estos largos 7 años.
