Si al infierno vas es obvio que te vas a quemar...
Brass comprobó la hora en el reloj del estéreo del carro, este marcaba las 2:00 a.m. y aun no volvía a la Reserva, lo bueno es que ya había hecho su último viaje a dejar rescatados. Mañana vigilaría los tres últimos camiones de salida, eso era bueno. Ya necesitaba un buen sueño.
Sonrió al escuchar a su aliada de trabajo removerse en el sillón de la parte de atrás, vio por el retrovisor y lo único que consiguió ver fueron aquellas piernas bien trabajas y un poco de aquel cabello castaño largo, era una hembra realmente hermosa, pero no era Trisha. Al pensar en ese nombre, una mujer que no era la Doctora vino a su mente. Aquella mujer de cabello negro y ojos azul tormenta, de piel clara y manos elegantes... Nuria. Esa maldita humana lo estaba jodiendo todo el día, tanto si la veía como si no lo hacía.
Soltó un suspiro irritado, pero ¿Qué demonios le estaba pasando? Nuria no lo iba a perdonar jamás, hiciera lo que hiciera ella siempre sacaba aquel incidente al aire. Solo se había equivocado diciendo el nombre de Trisha en vez del de ella, ¿Por qué se lo tomaba tanto a pecho? Volvió a gruñir, los nudillos se le pusieron blancos por la fuerza que comenzaba a ejercer en el volante. Con una mano puso el estéreo, necesitaba relajarse o mejor distraerse, dejar de pensar en ambas doctoras...
- ¿Brass? –al escuchar su nombre sintió una fina mano sobre su hombro. – ¿Estás bien?
- ¿te desperté? –pregunto un poco molesto, no con ella. Con él.
- Emm. No. –la sintió apoyar la barbilla en el hombro. –Pero eso no pregunte, en verdad ¿Qué te pasa? Has estado algo enfadado estos días.
- Si un macho dijera el nombre de otra hembra mientras están tocándose ¿Qué harías?
- Definitivamente le rompo el cuello.
El canino soltó un suspiro, definitivamente no le convenía que Nuria supiera aquello. A lo lejos ya se podía ver las puertas de la Reserva, estaba agradecido de volver y a la misma vez no porque aquella Doctorcita no lo perdonaba. No eran ni amigos para que le hiciera esos panchos. Natasha pasó al asiento del copiloto, haciendo que se distrajera de tales pensamientos y en silencio se lo agradeció, quería dejar de pensar por unas horas.
- ¿Hiciste eso? –la pregunta de Natasha lo tomo desprevenido.
- Si, lo hice.
- ¿Es humana?
- Si.
- ¿quién es?
- No te lo diré, Natasha.
Y no lo haría, para que las nuevas humanas fueran contratadas se les había hecho firmar un contrato donde aceptaban que serían despedidas si en un llegado caso se acostaran o salieran con un Especie, Voraz o Hibrido, fueron reglas estrictas, pero necesarias. Al estar frente de las puertas de la Reserva, estas se abrieron dejándolos pasar y por fin estar en casa, escucho a la hembra soltar un suspiro cuando estaciono el jeep frente del dormitorio de las hembras.
- ¿Ocurre algo? –le pregunto, apagando el auto y girándose a ella, la vio asentir. – ¿Qué sucede?
- Deberías fijarte en las que sienten algo por ti, no por las que te ignoran. –el comentario lo hizo fruncir el ceño, ¿a qué se refería? –Yo soy una de ellas.
- ¿De cuáles?
- Brass, yo te perdonaría todo lo que me hicieras ¿sí? No importa el que. –coloco las manos en sus muslos, inclinándose a él y Brass lo único que atino a hacer fue no bajar la mirada al descomunal escote. –Tengamos sexo, puedo ser mejor que con las que te has acostado alguna vez.
![](https://img.wattpad.com/cover/73222814-288-k284286.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Brass (Nuevas Especies 9)
FanfictionEl cerebro tiene sus prioridades... el corazón también. Brass es un canino el cual entrego su corazón a quien ya había entregado el suyo, Trisha. No negara que eso le ha afectado, pero si creía que ya nada lo afectaría como esa Doctora deberá pensar...