Brass (Nuevas Especies 9)

Esperanza

Nunca debemos perderla, jamás, es la única que nos da aliento cuando las cosas se ponen oscuras y sin salida: Esperanza.

Deo trago en seco al encontrar a quien tanto habían estado buscando, el cuerpo de la canina estaba bajo un gran tronco y era obvio que ya no había vida en ella, saco su celular y marco el número de la pareja de aquella hembra. Sonó, sonó, entonces aquella gruesa voz contesto.

- ¿sí?

- Torrent, soy Deo.

- ¿Qué pasa muchacho?

- Yo...encontré a Dysis y...

- ¡Pásamela! ¡por favor!

- Ella... -no pudo decir nada, se le había cerrado la garganta. ¿Cómo podía dar tal noticia? Le era imposible.

- Ya veo. –la voz de Torrent estaba carente de eso que lo identificaba. Positividad.

- Lo lamento mucho.

- ¿Dónde está?

- En la zona salvaje, no veo a Zanya así que...

- Sí. Lo sé. Gracias. –y colgó.

Soltó un suspiro, guardo el celular y volteo hacia su compañía, Los Nuevos. Rubí se acercó al cuerpo ya sin vida y le acomodo el cabello, mientras Shark y Kuzimu se encargaban de quitarle el tronco de encima. Aun lo sorprendía lo que ellos estaban haciendo por los Especies y Voraces, parecían más que decididos a ayudar.

Ayudo a la tigresa a sacar el cuerpo de ahí, a pesar de aquella muerte que de seguro tuvo que haber dolido los labios de Dysis formaba una sonrisa. ¿Acaso la guerrera había dado la vida por alguien? ¿Por su hija tal vez?

- Deo. –volteo hacia Shark, quien tenía la vista fija en un árbol hueco. –Creo que alguien nos vigila.

- Wow, que miedo. –Kuzimu rio alto, antes de acercarse al árbol. –Oye, pequeña, soy un lobo y meo árboles, será mejor que salgas.

- ¡Kuzimu! –Rubí dejo el cuerpo de Dysis en la tierra con mucho cuidado y se acercó al canino, aventándolo lejos. –Eres idiota, ¿lo sabias?

- Tenía mis sospechas.

- Idiota. –rodo los ojos, se acercó más al árbol y sonrió, Deo se había acercado los suficiente para ver. –Nena vamos a vengar a tu mami, ¿sí? Seremos tus amigos, ¿vale?

Entonces Zanya extendió sus manos a la felina, está le sonrió y la tomo en brazos, por alguna razón eso ya no se le hacía raro. Kuzimu le había explicado que por su rara modificación de genética podían liberar un aroma en especial que calmaba a los de su alrededor, era como una droga y eso les ayudaba a poder atacar o ayudar de mejor forma. Él hubiera deseado saber eso para llegar más rápido a la Reserva y evitar de lo que ahí se había llevado acabo.

Escucho pasos acercándose, los cuatro se giraron hacia donde provenía el sonido y Deo dio un paso atrás, permitiendo a Torrent tomar a su hija de brazos de la tigresa. Entonces también tomo el cuerpo de su compañera y se alejó, sin decir palabra o muestras emoción, era de comprenderse. Había tardado mucho para encontrar a su pareja y se la habían arrebatado de una forma espantosa.

- Creo que ese cuerpo era el último. –Shark se pasó una mano tras la nuca. –Debemos irnos, muchachos.

- ¿Qué? –Deo se giró hacia ellos. – ¿Cómo que se van?

- Vamos a ir con Iona. Él debe tener un plan o algo así. –Rubí se acercó a Deo, dándole un casto beso en los labios. –Eres fuerte, bastante.