Cuando entré al salón junto con la directora lo primero que ví fue a mi nueva maestra. Se veía amable. Espero y sí lo sea...
- Buenos días alumnos - dijo fuerte y claro la directora.
- Buenos días directora - dijeron todos parándose de su butaca, y volviéndose a sentar en ella.
Centré mi mirada hacia todos mis compañeros. A simple vista, y guiándome por sus apariencias, pude localizar a una niña con malas vibras; no dejaba de mirarme feo, y movía mucho los pies como si estuviera desesperada. También vi a un niño que parecía tímido; usaba lentes, y no despegaba la mirada de su butaca. Luego, hasta atrás ví un trío de niñas que andaban de cotillas y haciendo risas disimuladas, se veía que ellas estaban en su propio mundo. Cerca de ahí, vi a otro niño que no se dejaba de tocar el pelo; tenía una mirada ida, estaba claro que no estaba prestando atención; aunque ahora que lo analizo más, era lindo. Después vi a otra niña, la cual sí le estaba prestando atención a la directora, tenía una pequeña sonrisa en su boca, a simple vista se veía amable. Y más adelante vi a... esperen... ¿QUE? Hay un par de gemelos en mi clase.
Que grupo más variado - fue lo único que pude pensar.
Después de observarlos por un rato, me topé con la niña que me acababa de ayudar hace unos minutos, ella me estaba saludando con una sonrisa, yo sólo le devolví el saludo.
- Bueno, antes de que me vaya, quisiera que te presentaras ante el grupo - me dijo sonriente la directora.
- Okay - dije nerviosa.... ay no, otra vez me vinieron los nervios. - Emm... hola, me llamo Sara, tengo 9 años, y espero llevarme bien con todos - y di un pequeño suspiro al terminar.
- Muy bien Sara, te dejó en buenas manos- me dijo tocándome lo hombros, mientras que le guiñaba un ojo a la maestra.
Se fue la directora, y me quedé al lado de la maestra. Me volteó a ver y se puso de cuclillas.
- Hola Sara, mucho gusto. Soy la maestra Dulce, espero nos llevemos muy bien - me dijo en voz baja sonriendo, mientras me sobaba un brazo.
Se puso de pie de nuevo, y volvió a hablar fuerte y claro.
- Muy bien, ahora tus compañeros se presentarán para que los conozcas.
Se iban levantando uno por uno, según su turno, para luego volverse a sentar.
- Yo soy Amanda - la niña que me daba malas vibras. Espero y sólo sea mi imaginación.
- Yo soy Roberto - el niño que no dejaba de ver la butaca. Solo alzó la mirada para presentarse, y cuando se volvió a sentar la bajó.
- Yo soy Ana.
- Yo Mariana.
- Y yo Ariana.
Ellas son las del trío cotilla. Hasta sus nombres combinan. Qué loco.
- Yo soy Derek - dijo el niño que se agarraba el pelo a cada rato. Sólo se presentó, y volvió a tener ida su mirada; creo que estaba aburrido.
- Yo soy Isabella - dijo la niña que antes me había ayudado.
Se presentaron 5 personas más... hasta que nos topamos con una butaca vacía.
ESTÁS LEYENDO
ODIO A LAS NIÑAS
RomantizmÉl es Matt. Un niño al que sólo le importa divertirse con sus amigos, jugar videojuegos y sacar buenas calificaciones. ¿Lo que más odia? Fácil. Las NIÑAS. Ella es Sara. Una niña que llegará al mismo colegio que Matt, y que no se dejará pisotear por...