CAPITULO 43

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Paso mucho rato en el cual llevaba sentada en el auto, él se estaba demorando bastante. Se estaba ahogando en aquel auto por lo que opto por salir un rato de el para poder tomar aire fresco. Poso su espalda y su peso en la puerta del auto cruzando sus brazos, un leve suspiro salió de sus labios cuando un auto rojizo, llantas brillantes y buen cuidado se estaciono al lado del auto de Christopher.

De aquel auto salieron 2 chicos, uno de músculos grandes, tatuajes en ellos, cabello negro y ojos cafés oscuros, el otro rubio, mediana altura, bien peinado. Giro su rostro a otro sitio para no verlos a ellos, no quería que la calificarán de mirona.

-Hey hermosa - llamo el pelinegro - porque tan solita.

Ella frunció el ceño, pero no los miro, no quería hacerlo, eran esos típicos inútiles que piropean a cualquiera que pasaba por su lado.

-¿Estas sordita mi amor? - hablo nuevamente el pelinegro, ahora acercándose a ella - ¿No quieres una compañía? - miro a su amigo, el rubio -una compañía doble. – Se rieron.
-Vete al demonio - dijo ella, se dio vuelta para abrir la puerta del auto y entrar en el nuevamente, pero este acto fue negado, uno de ellos cerró la puerta con brusquedad.
-No trates de escapar princesa. - le dijo al oído, el rubio.
-¡Déjenme tranquila! - pidió ella nerviosa, atemorizada.
-Solo queremos acompañarte… - dijo el pelinegro.
-Ella ya tiene compañía - le dijo Chritopher llegando al lugar - así que caballeros, les pediré que se retiren y la dejen en paz - los fulmino con la mirada.
-Solo queríamos diversión un rato hermano - hablo el pelinegro.

Christopher se acero peligrosamente al pelinegro, llegando justo frente a frente, lo miro, su mirada representaba rabia.

-Ve a pedirle diversión a tu abuela - le escupió aquellas palabras.

El pelinegro tenso la mandíbula, y apretó firmemente y con mucha fuerza sus puños, Dulce temió lo peor, por lo que optó por entrometerse, los separo metiéndose en medio, haciendo retroceder a Christopher, con su delicadas y delgadas manos en el pecho de él.

-Ya deberíamos de irnos - añadió ella, mirando a Christopher - no vale la pena, enserio… tranquilízate. - lo último lo susurró cerca de sus oídos.

El miró a los dos hombres, les tiro una fría mirada, tomo a Dulce de la cintura, le abrió la puerta del copiloto, y no se separó de ella, hasta que esta estuvo completamente sentada y con su cinturón de seguridad puesto. El, la estaba protegiendo y eso hizo que ella sintiera muchas cosas en su estómago, tenía un panal de mariposas.

Él le dio la vuelta al auto, ignorando completamente a los dos hombres, que estaban inmóviles viendo la escena.
Llego a su lado, sentándose en el lado del piloto, prendió marcha al auto y bruscamente retrocedió y con velocidad salieron del estacionamiento.

-Deberías de disminuir la velocidad, quiero llegar viva a casa - se quejó ella.
-Llegarás viva - le dijo el, su tono se había vuelto frio nuevamente ¿Porque tenía que ser tan cambiante? - No debiste haberte salido del auto - criticó el - ¿Ese era su problema no?
-Me estaba ahogando en el - se quejó ella - tampoco quería morir asfixiada.
-Fuiste muy estúpida en haber salido - Okey, ya era el colmo ¿no?.
-Sabes… se me ha pasado el apetito, ¿podemos volver a casa por favor?… - pregunto - y si no puedes no te preocupes, me bajo aquí y tomo un taxi.
-No has tomado desayuno.
-No me importa, puedo sobrevivir sin él.
-Okey Dulce, disculpa. - la miro de reojo - No fue mi intención tratarte mal. - suspiro - lo siento.
-Vale - respondió ella y giro su rostro hacía la ventana.

En todo el camino que venía mirando por la ventana sintió la mirada de Christopher, no hizo caso y solo se concentró en mirar por la ventana.
Hasta que sintió que el auto se detuvo, subió la vista y se encontró con un restaurante bastante lujoso.

-Llegamos. - aviso Christopher y salió del auto y como todo un caballero, faceta que ella no conocía, él le abrió la puerta y le estiro la mano para que ella la tomara. Dudo unos segundos pero se decidió por tomar esa mano.

****************

-¿Que desean para desayunar? - pregunto la mesera que los atendió.
-Dos cafés y dos trozos de pastel de chocolate. - pidió el.
-Enseguida se los traigo - informo alejándose de la mesa.
-Has estado muy callada - Criticó el castaño.
-¿Qué quieres que te diga? - susurró ella.

No se sentía bien, le estaba comenzando a doler la cabeza, aquellos dolores estaban volviendo nuevamente, puso una de sus manos en la cabeza cuando sintió una fuerte punzada.

-¿Estas bien?
-Si.
-La verdad no te ves bien... te has puesto pálida de una rato para otro.
-Vale, me duele mucho la cabeza - admitió Dulce.
-Aquí tienen su café y su pastel de chocolate, que lo disfruten - les dijo la mesera que les trago lo que pidieron.
-Come algo, a lo mejor es porque no has probado bocado - se veía tan tierno cuando se preocupaba por ella.
-Eso haré - tomo un tenedor entre sus manos y probó un poco del pastel, lo mismo hizo él.
-¿Te ha gustado? - pregunto Christopher a Dulce, cuando vio que esta ya hubo terminado su pastel con el café.
-Si muchas gracias - sonrió.
-Te ha pasado el dolor de cabeza.
-Sí, creo que solo fue por el hambre - añadió - acostumbro a desayunar más temprano.
-Bueno - sonrió el - deberíamos de irnos - dijo cuando miro su reloj de su muñeca. ¿Tenía que acabarse ese momento tan especial? le hubiera gustado que se llevasen siempre así, y no como perros y gatos, que él se diera cuenta de que no siempre puede vivir con el recuerdo de su novia, la cual ya no está, que se de la oportunidad de amar nuevamente, de sentir.
-¿Vamos? – pregunto Christopher.
-Vamos. - afirmo.

********************

-Gracias por el café y el pastel Christopher - agradeció ella mirándolo mientras el manejaba.
-De nada - la miro de reojo y le sonrió.
Era tan hermoso cuando sonreía, con su dentadura blanca, pura, sin maldad, una sonrisa pura.

-¿No te gustaría pasar a un parque? - pregunto.
-Siempre he tenido un gran interés en ellos, allí encuentro tanta paz. -

Cuando pequeña siempre tuvo mucha curiosidad en ellos, los amaba, la mayor parte del tiempo se lo pasaba en los parques, escribiendo en su diario de vida, pensando, creando poesías, inventando como sería su futuro, pero jamás, jamás tubo a algún chico en sus pensamientos, nadie nunca había llamado su atención, como lo estaba haciendo Christopher, ¿Será que realmente se está enamorando de Christopher? o solo es un interés por querer ayudarlo de salir de su trance.

SOLO SOY UNA EMPLEADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora