CAPITULO 63

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Un día miércoles estaba amaneciendo, Dulce recordó que ya no estaba en la casa de los Uckermann ahora tenía que tomar un taxi para ir a trabajar. Se levantó de su cama, hace mucho que no dormía tan bien como lo hizo, no cambiaba su cama por nada en el mundo.
Después de haberse dado una merecida ducha, cepillar su cabello, lavar blanca dentadura, y vestirse, el día estaba agradable.

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Llego a la casa de los Uckermann, la familia se encontraba en el comedor teniendo un desayuno familiar, Dulce los miro de reojo y pudo notar de inmediato al de ojos miel, parecía estar aburrido, lo único que lo entretenía era comer.

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-Dulce hola – saludo Gonzalo, dando cálido beso en la mejilla de ella.
-Hola Gonzalo, como estas - pregunto - no te he visto hace rato.
-Estoy bien Dulce- sonrió - sabes - ella lo miro - quería hacerte una invitación - ¿Invitación?
-¿Ah... si?, a donde.
-Digamos que es una sorpresa... pero... te gustaría - le pregunto nervioso, le atormentaba recibir un no de parte de Dulce.
-Está bien - acepto, recibió un fuerte abrazo y un sonoro beso de Gonzalo en la frente.

Había aceptado sin pensar en Christopher. ¿Pero porque pensaba en él? era una cita con Gonzalo y ella con Christopher no era absolutamente nada, no debía importarle lo que pensara él. De todos modos hace mucho tiempo que no salía a divertirse, y lo necesitaba bastante. Últimamente se estaba auto exigiendo mucho ella misma y no era muy bueno para su salud.

-Hola Dulce- ella se dio vuelta, y se encontró con aquellos ojos que la hacían perderse en el propio paraíso.
-Hola Christopher... que haces acá.
-Digamos que termine de desayunar - sonrió dejando mostrar esa hermosa dentadura, una sonrisa que derretía a Dulce - tienes muchas cosas que hacer - pregunto acercándose a Dulce.
-No... osea... si... si. - confirmo - tengo que ordenar toda la casa - tan solo recordar que tenía que hacer 5 camas le revolvía el estómago.
-Eres muy trabajadora para tu corta edad.
-Ya no soy tan joven, ya tengo los 18 - especuló.
-Por lo mismo, demasiado joven...- hizo un pausa, cambiando completamente su rostro a uno mucho más serio - así que saldrás con Gonzalo - ¿Cómo se había enterado? ¡oh!..estaba escuchando por la puerta.
-Tiene algo de malo - pregunto.
-No - negó - no tiene absolutamente nada de malo, eres libre de hacer lo que se te pegue la gana - su tono había cambiado a uno más duro de lo habitual - lo que se te pegue la gana - repitió.

Ya no podía negarlo Christopher estaba echando fuego por la boca, sus celos se notaban a millas. ¿Pero porque Dulce era la única ciega que no los notaba?.

-Eso lo sé perfectamente Christopher- le echó en cara, lo que Dulce no sabía de esto, era que Christopher se vengaría, le pagaría con la misma moneda. Invitaría a cenar a Madison.

Si, a la odiosa Madison. Puede ser que no le gustará pero con ella conseguiría sacarle celos a Dulce. ¿Será bueno esto para ellos? ¿O solo los hará alejarse?. Hay que tener en cuenta que los celos no son un buen sentimiento. Ansiaban tremenda mente estar juntos, pero ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso. Eran tan inmaduros que seguramente Saffa era mucho más madura que ellos.

¿Que no podían estar ningún día sin pelearse?. Habían durado tanto sin tener una discusión. Sus corazones se estaban uniendo y ellos simplemente no se daban cuenta. Christopher no lo notaba pero poco a poco su gran corazón se estaba curando de toda herida, Dulce se estaba encargando de hacerlo. ¿Podría llegar a enamorarse de ella?. Si así fuera, definitivamente no la dejaría ir, ella era una mujer que cualquier deseará y no físicamente sino sentimentalmente, ella es una persona que sabe escuchar, que lo entiende a la perfección, que no se interesa en el por su dinero sino por lo que es, una persona como ella se merece todo lo que hay en el mundo, simplemente es única.

Christopher había salido enojado de la cocina, Dulce pudo notarlo a simple vista, lo conocía perfectamente como para darse cuenta de cuando estaba molesto y estaba feliz. Sonrió por lo bajo, se había dado cuenta de los celos de Christopher hace un momento, eso le estaba diciendo muchas cosas...él estaba empezando a sentir algo en su corazón.

SOLO SOY UNA EMPLEADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora