CAPITULO 66

1.8K 135 16
                                    

Abrió la puerta y se encontró con el rostro de su madre sacando las cosas de la mesa, la mirada de ella se dirigió directamente a Christopher quien estaba a un lado de Dulce luego bajo la mirada a sus manos entrelazadas.

-Me tienes que decir mucho no es así - pregunto su madre, Dulce asintió tímida - vengan a sentarse conmigo y tomemos una taza de café.

Los dos asintieron y se sentaron en la mesa, los nervios de Christopher se notaban a millas. Ahora tocaba contarle todo a su madre, ¿Cómo lo tomaría?. Eso solo se podía contestar contándole ya.

-Mamá tu sabes un poco de esto - cuestionó - ayer lo hablamos.
-Si lo recuerdo Dulce - miro a Christopher- tu eres Christopher - preguntó.
-Si señora, yo soy Christopher - sonrió tímido - lamento presentarme así y no como debiera ser - suspiro - pero hay muchas cosas de las cuales me gustaría hablar con usted – Dulce lo miro ¿Qué cosas quería hablar con su mamá?-
-Soy toda oídos muchacho.
-Bueno - comenzó por decir - usted a mí no me conoce y yo a usted tampoco, a lo mejor Dulce ya le ha contado un poco mi historia.
-Si lo ha hecho y lo lamento mucho.
-No, no se preocupe - tomo la mano de Dulce para nuevamente entrelazar sus dedos - quisiera darles las gracias por haber tenido a una persona tan hermosa como lo es Dulce.
-Bueno en eso salió a la madre – Dulce  carcajeo con el comentario de su madre.
-Sí, y no lo dudo – prosiguió Christopher - ella llego a la casa y desde un principio la trate mal, la humille delante de todo el mundo sin importarme lo que ella sintiera en ese mismo momento - trago saliva - pero ahí estaba siempre ella ayudándome o ayudando a mis hermanos a pesar de todo, fue la única que me ayudo a salir adelante , a salir de mi pasado oscuro para vivir mi presente - cada palabra hacía que Dulce de sintiera como en un sueño, había soñado tanto con este momento - por eso vine aquí señora para, pedirle perdón y también para... - respiro profundo - para...- miro a Dulce y ella lo miro a el - para pedirle que sea mi novia - se dignó a decir por fin, ella lo miro sorprendida, ¿Estaba hablando en serio? ¿Le estaba pidiendo ser su novia?. ¡Dios! si pudiera gritar no dudaría en hacerlo.
-Christopher - aún no podía creer lo que sus oídos habían escuchado.
-Dulce es tan fácil como decir un si o un no o un tengo que pensarlo.
-Crees en realidad que te diría que no - le dijo a Christopher y una sonrisa se formó en su rostro, la felicidad brotaba por sus poros, estaban siendo feliz finalmente.
-Creo que debo dejarlos solos - se dignó a decir la madre de Dulce - me ha dado sueño - siéntete como en tu casa Christopher.
-Muchas gracias suegra – bromeo Christopher, ella solo lo miro y carcajeo.
-De nada querido - dijo y se marchó a su cuarto.

Los dos solo se miraron y rieron juntos.

-Sabes que ahora eres mi novia - pregunto Christopher tomándola el mentón.
-Si lo sé pero aún no lo creo.
-Pues créelo Dulce, es la realidad - beso su frente - te amo.
-Te amo más - le dijo ella.
-Tu mamá es un amor - admitió Christopher.
-Si lo sé, ella me apoya como nadie - sonrió y beso la mejilla de Christopher - creo que ya es tarde, y es muy peligroso que andes de noche.
-No me pasará nada - acotó - pero si insistes... está bien - se paró de su asiento acto seguido por Dulce.
-Te iré a dejar afuera - se puso un abrigo para el frío, andaba solo con un vestido puesto y el frío se hacía presente en su cuerpo.
-Éntrate rápido - le ordenó Christopher- estas temblando - la abrazo para darle calor, le encantaba cuando se ponía sobre-protector.
-Nos vemos mañana - hizo un enorme esfuerzo para separarse de él, si pudiera se hubiera quedado horas en sus brazos.
-No estaré levantado muy temprano - aviso.
-Si no lo estás iré yo a despertarte - le advirtió.
-Esa es una buena idea.
-Okey, Okey, ya vete no quiero llegar tarde mañana - beso los labios de Christopher cortamente.
-¡Hey! eso no fue justo - se quejó.
-¿Por qué?
-Porque quería uno mucho... -se acercó a ella - mucho más largo - termino de decir uniendo sus labios en un beso lento, con amor, lo que ellos dos sentían mutuamente, un beso que dice más de mil palabras. Un beso que está uniendo dos corazones para ser solo uno.

SOLO SOY UNA EMPLEADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora