CAPITULO 8

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En la hora del almuerzo todos comieron tranquilamente, la señora Alexandra y el señor comieron fuera de la casa. Dulce estaba ya sacándose el delantal para ir a buscar a Saffa al colegio, le había prometido ir al parque y jugar con ella y lo cumpliría si o si.
Salió de la casa de los Uckermann un poco apurada ya que se estaba haciendo tarde y llegaría atrasada al colegio por Saffa.

Cuando vio salir a la pequeña del colegio, le entró una felicidad enorme, era como ver a su hermanita… pero caminando, a su hermanita le encantaría volver a caminar y ella iba luchar y poner todo de si para que lo haga, la otra semana empezaba su rehabilitación y tenía que estar con ella apoyándola en todo.

-¿Estas cansada? - preguntó Dulce cogiendo la mochila de la pequeña.
-Todavía tengo energías para ir al parque - dijo entusiasmada Saffa.
-¿Así? entonces que esperamos, vamos. - dijo ella mientras corrían hacia el parque.

El parque estaba rodeado de niños jugando con sus padres, abuelos, tíos, primos, hermanos… Saffa expresaba una gran emoción al ver el bello paisaje, su mirada brillaba e inmediatamente corrió hacia unos de los juegos donde se puso a columpiar felizmente. Dulce recordó su infancia, era muy parecida a la de Saffa solo que ella si tenía la preocupación de sus padres, solo que desde muy pequeña tuvo que hacer trabajos esforzados para ayudar a su madre y a su papa, para que no les faltara nada en la casa y pudieran vivir tranquilos.

-¿Te ha gustado el parque? - pregunto Dulce observando a la pequeña que se columpiaba mas feliz que nunca.
-Me ha encantado, lo memorizare bien en mi memoria para después dibujarlo. - añadió Saffa.
-Es una buena idea, deberías de hacerme un dibujo a mi también, tengo ganas de tener un dibujo tuyo de recuerdo - propuso.
-Cuanto tenga tiempo te haré uno, te lo prometo. - dijo la pequeña -y quería darte las gracias Dulce por este bonito momento, por traerme, creo que nunca he venido a un parque y estar ahora aquí me hace feliz - agradeció Saffa.
-De nada hermosa, pero deberíamos ya de irnos. - dijo Dulce.
-Tienes razón, vamos - dijo la pequeña levantándose del columpio.

Cuando llegaron a la casa, Saffa corrió hacia su dormitorio ya que tenía tarea por hacer y Dulce se fue a la oficina de la señora Alexandra ya que la había llamado porque tenía que hablar con ella urgentemente.
Ella recorría los pasillos directo a la oficina, toco suavemente y esta fue abierta por la señora Uckermann.

-Me dijeron que tenía que hablar conmigo señora Alexandra. - dijo Dulce.
-Si, más bien es para pedirte un favor. - afirmo la mujer sentándose en la silla de su escritorio.
-Dígame entonces señora - dijo ella un poco impaciente.
-Bueno, lo que pasa es que, con mi marino nos dieron una propuesta de trabajo fuera del país y nosotros hemos aceptado, y te queríamos pedir a ti como empleada ya de confianza, que si podrías quedarte 3 meses en la casa a vivir. – dijo Alexandra.
-¿3 meses?- preguntó asombrada.
-A lo mejor son mas o menos, depende, queremos que te hagas cargos de los niños, especialmente de Saffa que es mas pequeña. - pidió Tricia con leve amabilidad en su rostro.
-Yo obviamente podría quedarme, pero si usted me autoriza para ir a ver a mi familia e ir a las rehabilitaciones de mi hermana que empiezan la otra semana - pidió Dulce.
-Con eso no hay problema -sonrió- ¿Entonces aceptas?
-Si señora cuente conmigo - Sonrió.
-Hay una habitación aquí abajo, es amplia, y cómoda , esa quedara para ti. - añadió.
-Esta bien, si me disculpa tengo varias cosas que hacer.- dijo Dulce levantándose del asiento
-Ve a hacer lo que tengas que hacer.

Dulce se retiró de la oficina, tendría mucho mas tiempo para estar con la pequeña, pero 3 meses soportando a la prima y al mal humorado de Christopher, eso no iba a resultar para nada fácil, llevarse bien con ellos era completamente imposible, y verle la cara todo el día, solo tenía que tener paciencia nada mas, como dijo en un principio… " A palabras necias, oídos sordos".

SOLO SOY UNA EMPLEADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora