Capitulo tres.

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He pasado mucho tiempo con Andrew.
Lo que siento cada ves se vuelve más intenso.
Mi pierna ya está sanando.

Hoy iremos al parque, sigue nevando.
Me arreglo y minutos después me voy al parque.
Allí está el, con su rubio cabello, sus ojos, su sonrisa, todo.

-Hola.
-Hola.
Después hubo un silencio aterrador.
Solo se escuchaba la brisa del aire chocar contra las hojas de los árboles.
Veo que él se agacha a levantar un poco de nieve y lo empieza a moldear como una bola.
-Ni se te ocurra.-le digo riendo.
Me lanza la bola de nieve y se hecha a correr.
-Te lo advertí Andrew.
Tomo nieve y me voy corriendo hacia el.
Le arrojo la bola y le da en la espalda, sigue corriendo, pero esta vez se gira hacia mí y me comienza a perseguir.
-Mia, espera.
Dejó de correr y camino hacia el.
-¿Qué pasa?
-Mira unos columpios.
-Vamos.
Nos vamos caminando y nos sentamos, están congelados.
-¿Nunca te lanzaste de uno de estos en el aire?-pregunta.
-No.
-Tienes que intentarlo. Agarra lo más que puedas de impulso y cuando yo grite ahora saltaremos. ¿Lista?
-Lista.
Comienzo a balancearme lo más que puedo.
-Ahora.
Me impulsó con mis piernas hacia delante y suelto las cadenas.
Siento como el aire me pega en la cara, cuando llegó al suelo caigo encima de Andrew.
-¿Y bien?
-Eso estuvo genial Andrew, hay que hacerlo otra vez.
Me toma del cuello y de la cintura, me acerca a su boca y nuestros labios se juntan.
Comienza la tormenta, estamos muy lejos de casa.
-Hay que correr.-digo.
-Vamos.
La tormenta es tan fuerte que me caigo y siento un fuerte dolor en la herida, siento como se vuelve a abrir.
-Vamos.-dice Andrew mientras me toma en sus brazos.
-Nos hemos perdido.-le digo.
Llegamos a una cueva.
-Servirá hasta que deje de nevar.
Me levanto el pantalón y toda mi pierna tiene sangre.
Se acerca a verla, la toca y siento como el dolor me recorre todo el cuerpo.
-Auch.
-Lo siento.
Se levanta y se quita uno de los guantes.
Lo rellena con nieve y lo pone en mi herida.
Esta vez es un dolor distinto, nunca lo había experimentado.
Siento como si la pierna se me quemara, me arde.
-Solo nos queda esperar.-Le digo.
Se sienta a mi lado y me pone sus brazos al rededor.
Es cálido, me siento segura y fuerte.
Nos quedamos dormidos. Al pasar un rato me despierto.
Abro los ojos y aún no para de nevar.
La nieve del guante se ha derretido por completo.
Me trato de levantar por más nieve pero Andrew me detiene.
-¿A dónde crees que vas?
-Por más nieve.
-Dámelo, yo voy
Le entregó el guante y se levanta.
Lo rellena tanto que la nieve se sale.
-Déjame verla.
Realmente no se puede distinguir muy bien ya que es de noche.
Levanto el pantalón y la sangre ha parado.
De un instante a otro deja de nevar.
-Hay que irnos.
-Falta poco para la mañana y no es seguro para ti.-Me dice.
Se sienta y me toma en sus brazos.

Días de invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora