El PUTO (yaoi-gay)

4.-Hermanos...

Pasada una semana...

-¡Ya llegue! -avise entrando a la oficina de Romina.

-Me hubieras llamado, podría recogerte -dijo acomodando unos papeles, llevaba unas finas gafas y su cabello recogido en un moño le hacía parecer una ejecutiva -¿Qué hora es?

-Emm... 2:40 -conteste mirando mi reloj.

-¡¿Qué?! Es la salida de Matías, tuve que recogerlo hace 10 minutos -exclamó la pelirroja soltando su perfecto moño y acomodando sus cabellos para hacer una coleta.

-Tranquila, yo voy por él -le tranquilice.

-Patrick no sé qué haría sin ti -suspiro lanzándome las llaves del auto -la dirección está en el GPS del auto, el instituto se llama "CyberPass"

Me despedí de la pelirroja y fui hasta la cochera a sacar el deportivo rojo, encendí el GPS y conduje hasta llegar al dichoso instituto, vi a Matías con un grupo de dos chicos y dos chicas, con los que conversaba.

-¡Ey! Matías -le llame y todos voltearon a donde me encontraba, salude con la mano y sonreí.

-¿Qué haces aquí? -pregunto acercándose a mí, detrás de él lo seguían sus amigos.

-¿No es obvio? Vengo a recogerte -hable sin entender su reacción.

-¿Mi hermana?

-En casa.

-Sube al auto y conduce -me mando.

¿Qué se cree este niño malcriado para mandarme? Ni yo que me han tratado toda la vida como un príncipe, he mandado así a ninguno de mis sirvientes.

-Matías, no voy a conducir hasta que me hables de buena manera -me crucé de brazos.

-Yo te hablo como quiero, no eres nada mío, solo un puto que trabaja para mi hermana -dijo retándome, esto rebalsaba mis límites.

-Sube al auto, por favor -le pedí calmado, sus amigos miraban sorprendidos, sin hablar.

-¿Y si no quiero? -me reto.

-¡Sube al auto de una vez! -exclamó mirándolo desafiante.

Matías se sobresaltó, desvió la mirada, miró a sus amigos y camino hasta el asiento trasero, abrí la puerta del auto, me senté y arranque.

Mi teléfono celular comenzó a sonar.

-¿No vas a contestar? -preguntó en voz baja el pelirrojo.

Yo no contesto el teléfono cuando conduzco, nadie debería hacerlo. No le conteste, estaba molesto con él como para contestarle.

Cuando la luz del semáforo indicó el rojo y pare el coche, tome el celular del soporte que lo mantenía fijo a un lado, contesté y lo puse en altavoz.

-Aló, Patrick ¿Ya recogiste a Matías? -pregunto.

-Si, en unos minutos estaremos en... tu oficina -respondí acomodando el móvil en el soporte, la luz cambió a verde y arranque.

-¿Podrías llevarlo a casa?

-Por eso, lo estoy llevando a casa -dije sin entender.

-Me refiero a nuestra casa, en el GPS está la dirección, nuestro padre estará ahí pero esta tarde a las 6 se va a Estados Unidos y no quiero que Matías este solo, ya habíamos hablado de esto, por favor ¿Lo harías? -explicó preocupada de mi respuesta se notaba en su voz.

Di un largo y tendido suspiro.

-Claro, le hare algo de cenar, le ayudare con los deberes...

-Eres mi salvador, te amo, gracias -colgó, no pude evitar sonreír.