Cenizas

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Soñé con cenizas.
Todo estaba repleto, el día era completamente gris; parecía como si las nubes se fusionaran con el sol y juntos formaran una capa que lo cubriera todo. El bosque que antes era conocido por su magia y sus misterios parecía maldito. Sin emitir ningún ruido, sin ninguna señal de vida, en cuanto a mí: estoy muerta, sola, sin ser capaz de sentir algo siquiera un pulso. Al momento siguiente me estoy ahogando en sangre y veneno, que se vuelve ácido a cada momento que pasa. Sigo sin sentir nada y nada me preocupa, comienzo a cerrar los ojos abriéndolos a la oscuridad...cuando algo me toma de la mano y los abro.

Toso con todas mis fuerzas.

-¡Aid, ya despierta!

Sé que es Cil, solo él me llama así. Vuelvo a toser y me levanto, sentía como la ceniza me picaba los ojos y volaba en mis pulmones.

-Estoy despierta Cil- emito con voz ronca. Veo a mi alrededor, al parecer anoche a causa del cansancio y el humo había caído desmayada, estoy frente a los trozos de una cabaña o lo que queda de ella.

-Me tenías preocupado ¿pero qué pasó aquí?- me limpio la ceniza de la cara sin ganas de explicarle pero igualmente lo hago.

-cuando llegué aquí ya todo estaba incendiándose y por más que intenté... no...-se me quiebra la voz e intento mantener la compostura- no pude salvar nada.

Nos quedamos en silencio por un largo rato.

-¿Y ahora que hacemos?

-Pues...no lo sé- "¿Ahora qué?" pienso con tristeza, "Ali se a ido y no tengo un lugar al cual volver".

-¿Tienes alguna idea de quien hizo esto?

El rey.
Siempre a sido el rey el culpable de la muerte de los que me rodean, estoy segura de que él provocó los incendios, me a arrebatado a mi familia dos veces de la misma forma, Ali no es tan tonto para dejar encendida la fogata todo el día. "Era" me recuerdo tristemente.

-Cil- el mini dragón me observa con lástima- vamos a la cueva, tenemos unas cuantas cosas que hacer.

Unas horas mas tarde estoy buscando mi vieja capa junto con mis cosas, tuve la precaución de agarrar un poco de ceniza para cubrirme los ojos a modo de mascara para regresar al pueblo después de la parada a nuestro escondite. En estos momentos tengo que enfocarme en un único objetivo: destruir al rey y a sus tropas.
Le conté el plan a Cil, que lo tomó como si fuéramos al mismísimo infierno, se supone que una vez que lleguemos al pueblo aprovecharía las fiestas de solsticio para buscar información sobre las celebraciones que se llevarían a cabo dentro del palacio, la gente de la nobleza se quedará en el castillo el tiempo que duren las fiestas. Por lo que habrá mas seguridad y por lo tanto; menos posibilidades de entrar y salir sin ser vistos.

-Apurate Aidi

-No me llames Aidi - me apresuro en agarrar mis cosas.

Juntos recorremos el mismo camino de la otra vez, la única diferencia es que nuestra visita al pueblo ya no era con el propósito de rebeldía, ya había tolerado perder a mis padres pero a Ali... Al principio pensaba que solo era un viejo amargado que solo me mantenía con el único propósito de tener a alguien que lo soportara y fuera a hacer sus mandados.
Recuerdo la vez en que le pregunté porqué me cuidaba y no me había abandonado en las ruinas hechas ceniza, <Pero si a ti no te incumbe saber eso niña> me regaño <y mas importante cuida la avena que se va a quemar basura>.
Una risa amarga se me atora en la garganta, vaya que lo extraño.

-Lo extrañas ¿verdad?- Cil rompe el silencio.

-Leer la mente es tu talento revelado ahora.

-Tengo muchos talentos mi pequeña Aidi.

La Cambia FormasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora