Justo después del grito le siguió un sonido de una mano chocando contra una mejilla por todo el bosque .
-¡Eso duele! ¡¿Se puede saber a que se debe?!
-A tu idiotez- al mirarlo mejor me di cuenta de su rostro familiar: era el joven pelirrojo de la otra vez en el castillo, tenía exactamente la misma voz que el chico que habló con la madre. Estaba asomado sobre mi hombro derecho a un lado de mi cara mirándome a mi y después a la ventana para regresar nuevamente a mí.
-Bien, ¿cual es el plan?
-¿Qué?- fue lo único que pude decir, ¿es que el es tonto? ¿Está tan tranquilo a un lado de una chica que asoma por su casa sin intención de hacer nada mas que apoyarla? Es idiota.
-Te sugiero que entremos por la ventana de atrás, por ahí no hay vigilancia alguna y está poco alejado del suelo- me toma la mano para jalarme entre las ramas de árboles que me rozan la piel, ¿a todo esto dónde está Cil? Ya no lo veo por ningún lado, eso no importa ahora tengo que zafarme pero al resistirme me jala un poco mas fuerte.
-Quita tus manos o me veré forzada a emplear mi fuerza- esa frase sonó un poco vacía pero funcionó porque paró de repente, me soltó y se dio la vuelta para vigilar que nadie estuviese cerca, como si eso importara, me miró.
-Ahora, ¿que rayos hacías ahí, jugando a las escondidas?- alzó una ceja curioso, es la persona mas rara del mundo.
-No sabes usar el sentido común al parecer, solo quería saber...quién habitaba ahí- admito que esa era una explicación muy tonta.
-quieres que use el sentido común entonces, bien entonces dime- su mirada infantil y la sonrisita se borraron para dar paso a una mas seria. Se acercó amenazadoramente con la mirada más feroz que he visto -que haces asomándote en una propiedad que no es tuya?
-Pues...- ¡di algo rápido! Pensé frenéticamente mientras estábamos en un duelo de miradas donde él estaba ganando. La situación me recordó a un cazador con la vista fija en la presa: el tiempo se detenía para dar paso solo a la respiración lenta de los dos, el momento donde no se piensa demasiado y la paz se destruye por el corte del aire con una flecha rápida y precisa.-Solo vine porque tengo un recado -esperé que no notara el paso que di hacia atrás, finalmente regresó a su cara de niño animado en segundos.
-¿A si? ¿Para quién? ¿De parte de quién?- curioso bajó la mirada hacia mis manos buscando alguna nota que efectivamente tenía, se acercó otro paso para intentar quitarmelo. Pero yo fui mas rápida y me di la vuelta alejándome de él. Ésta presa no caerá tan fácil.
-¡Oye! ¿A donde vas? Puedes darme ese recado a mi- se quejó siguiéndome.
-Se la daré a la encargada de el orfanato
-No se si te has dado cuenta pero este no es un orfanato- tenía razón, al mirar el lugar mas detenidamente tenía pinta de ser una cabaña grande de madera pintada de un blanco grisáceo deteriorado por el tiempo, el techo lucía igual de desgastado que toda la casa, eso sin mencionar las ventanas que estaban algunas rotas y en otras de plano sin cristal (como la que usé para asomarme antes) todo eso le daba un aire misterioso y terrorífico, con razón él no estaba preocupado por algún robo.
-Entonces tu vives aquí- le respondí después de un rato fijando la vista en él, asintió.
-Y también unos cuantos niños huérfanos
-¡Eso es un orfanato!- me quería dar de cabezazos en un tronco de la desesperación. Suspire pesadamente -llévame con la madre encargada
-¿Porque yo?
-Porque si no cuando la vea le diré que estabas acosándome- me crucé de brazos y alzé la vista para lucir mas decidida.
-No te he tocado- levantó ambas manos tratando de librarse de la culpa.
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La Cambia Formas
Adventure"Hace 15 años todo cambió, en el momento en que nací mi pueblo fue destruido por el ejército del rey Ícaro, pero no todo está perdido pues yo me encargaré de hacerlo pagar por lo que hizo...mi nombre es Aida y soy la última cambia formas del pueblo...