Capítulo 2: Al fin llegaste

976 52 30
                                    

Las siguientes semanas fueron igual de atareadas, pero tenía su lado bueno, después de mis clases de la tarde, pasaba a saludar a Sandra y a Mauro, los demás días Mauro pasaba por la cafetería a veces con Sandra o con otros amigos, pero en ambos casos me regalaba una sonrisa antes de irse. Éramos algo así como amigos, conversábamos algunas veces en la cafetería, pero preferíamos el salón, Sandra siempre se acercaba a él y le hacía reír, después de todo ellos eran amigos desde que empezaron la universidad, así que no me pareció raro, no fue hasta la siguiente semana cuando Mauro me mandó un mensaje.

"Estoy en la biblioteca, ¿puedes venir?, quiero empezar con el trabajo del doc., así que te necesito, ven"

Me puse roja, él siempre decía algo que hacía que me ruborizara, había bromeado un par de veces con el color de mis ojos, según él, mis ojos tenían un color diferente a cada hora, su mensaje llegaba en buen momento, ya había terminado mi turno en el trabajo y estaba cerca de la biblioteca así que le respondí.

"No creo que me necesites, pero igual iré" - lo envíe y tome mi mochila, pero recibí la contestación.

"Te necesito, más de lo que crees" - tenía que estar jugando, nadie es tan directo, iba a responder pero llego otro mensaje.

"El trabajo es para el fin de semana y tú lo entendiste mejor que yo" - eso era más pegado a la realidad, deje de fantasear y le conteste.

"Si, pero Sandra ya va por la mitad y yo aún no lo empecé"

Luego de eso, no recibí contestación, así que fui a la biblioteca en busca de Mauro, apenas entre lo vi sentado solo con un par de libros en una mesa justo en el centro de la biblioteca, me acerque y como de costumbre recibí mi beso en la mejilla.

· Hola, ¿en que necesitas ayuda? - le pregunte mientras tomaba asiento junto a él.

· Mi novia está molesta conmigo - me lo dijo tan tranquilamente que no sabía si era broma, luego me miro y me sonrió - ¿qué sugieres? - había algo en su mirada que me decía que era en serio, así que sentí como un baño de agua fría, no sabía que tenía novia,

· ¿Qué le hiciste? - fue lo único que se me ocurrió y él se río.

· Todas las mujeres son brujas, ¿cómo sabes que le hice algo?

· Adivine

· Deberías trabajar en eso - suspiro y me miro a los ojos - no te mentiré, ella cree que salgo con alguien más, es un poco celosa.

· ¿y tiene razón? ¿sales con alguien? - esperaba que estuviera jugando pero lo decía en serio.

· Te dije que todas las mujeres son brujas, ¿tú que crees?

· Que sí.

· Pues no, ahora no, antes si pero ahora no.

· ¿La habías engañado?

· No es como te imaginas, solo fue un beso, estaba algo tomado y ella me beso, yo solo la deje - no podía creer lo que oía. - no me mires así, sé que me equivoque y luego me arrepentí y ella me perdono, fue la única vez

· No la culpes si duda de ti.

· Lo sé, pero no puede pelear por algo que no está pasando

· Habla entonces con ella.

Esa conversación me estaba haciendo sentir mal, no lo hubiera creído si alguien me lo hubiera contado, pero el mismo Mauro era quien me lo contaba, me desilusione un poco al saber que había engañado a su novia, además enterarme así que tenía novia, la verdad no me sentía nada bien, por suerte mi celular sonó, era un mensaje de Miriam.

Quédate Conmigo ... Así De SimpleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora