¿Quién habla?

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Poco a poco me voy despertando conforme voy escuchando aquella voz. 

-Soy J...- La llamada se entrecorta.- Soy Ju...- Ahora la llamada se cortó.

-¿Bueno?- Insisto, aunque sé que no va a servir de nada. 

Trato de devolver la llamada pero me salta el contestador.

Es muy temprano, tanto que todavía no ha amanecido. 

Espero a que el teléfono vuelva a sonar. Espero y espero. Para no desesperar, decido levantarme y hacer un poco de ejercicio para calmar mi incertidumbre.

Después de hacer ejercicio me doy un buen regaderazo para despejarme. 

El teléfono sigue sin sonar... Agarro el teléfono y, para mi sorpresa, no tiene carga, está apagado: se me había olvidado conectarlo en la noche. Conecto el celular y veo como mil llamadas perdidas. 

Por fin, por fin el teléfono vuelve a sonar. Inmediatamente contesto. 

-¿Bueno? Al fin podemos hablar. 

-Blanca, - Esa voz se me hace familiar.- soy Juan Osorio. ¿Ahora sí me escuchas bien?

-¡Juan!- digo efusiva. Con razón me resultaba muy familiar. -¡Qué sorpresa! ¿Cómo estás? Perdona que no te haya contestado, pero mi celular se quedó sin pila.

-No te preocupes. Espero no haberte agarrado en un mal momento.

-Para nada. Lo que sí se me hace raro es cómo diste con mi número. - digo algo sorprendida, no es que me moleste que me haya marcado, ni que tenga mi número, de todos modos ya nos conocíamos, pero sí que me sorprende 

-Ah, bueno, es que uno tiene sus contactos. Te digo el motivo de mi llamada. - Ahora viene lo bueno, al fin sabré el porqué de esta interrumpida llamada. -Verás, estoy preparando un proyecto, se trata de una telenovela y, bueno, te he considerado como la protagonista.- Mi corazón deja de latir por unos instantes. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Trabajo? ¿Ahora? Si yo ahora estoy feliz de estar tomándome un break. -Así es que me gustaría que vinieras a México, porque creo que no andas por acá,  y así podemos platicar sobre todo esto tranquilamente, y te vas mentalizando para hacer el casting.

-Me dejas de... - digo dubitativa. -La verdad, no sé qué contestar.

-No hace falta que contestes ahora.- Me dice con tranquilidad. -Si quieres te hago llegar el libreto, lo lees tranquilamente, aunque ten en cuenta que esto me urge, y ya me das una respuesta. Te doy hasta el final de esta semana. 

-Está bien, te paso mi mail.

Cuelgo el teléfono y comienzo a pensar en lo que voy a hacer. 

Me llega el correo con el guion de la novela. No tardo ni un segundo en abrirlo. 



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