-¡Marinette! ¡Despierta!-me gritó Tikki en el oído.
Abrí un ojo y vi volando algo rojo.
-¡Ah! ¡El bicho con el soñé anoche!-me sobresalté y escondí bajo las sábanas.
-Ah chica, ¿aún crees que esto fue un sueño?-dijo el kwami y me destapó suavemente.
-Eh... Bueno...-no quería aceptar que pensaba que no existía y que era producto de mi imaginación, pues estaba delante mí, pero era algo sobrenatural.
-¡Marinette!-me llamó una voz que debía de ser mi madre.-¿Estás despierta?
De escucharon pasos subiendo las escaleras. Tikki se escondió entre las sábanas y yo me quedé mirando.
Se abrió una especie de trampilla y un pelo azabache asomó.-¿Te ayudo a vestirte, cielo?-me dijo mamá acercándose a mí.
Tikki me hizo un gesto entre las sábanas y me indicó que no contara nada.
Sin pensarlo dos veces, la cogí con la mano y la puse en la espalda.-Trae, vamos a vestirte.- dijo acercándose a mi cama para rehacerla.
Cuando hubo terminado de hacer la cama, se acercó a mí. Tikki aún estaba en mi mano, por lo que la podría descubrir cuando...
-¡Oh no!-exclamó mamá.- ¡Me he dejado el horno encendido!
Me dio la ropa. Yo la cogí con una mano diferente a la que estaba Tikki.
-¿Podrás arreglártelas sola?-dijo mamá abriendo la puerta-trampilla de mi habitación.- Esa es la ropa que usas normalmente.
-Sí, por supuesto.-dije yo intentando no preocuparla para que se fuera.
Cerró la puerta. Tikki se soltó de mi mano y se sentó en mi hombro.
-¡Por los pelos, casi me descubre!-dijo ella en tono de preocupación.
-Y que lo digas, Tikki.-dije yo mientras me empezaba a cambiar el pijama.
Cuando me hube vestido, me acerqué a un espejo y me miré mientras Tikki ayudaba cepillándome el pelo. Me veía hermosa. Cogí un bolso rosado y me dijo siempre se escondía ahí.
Bajé a desayunar. Y desayuné. Como una fiera. Cierto que no había querido comer la noche anterior y tenía un hambre de lobo.
Terminé de desayunar y mamá y yo hicimos la mochila para mi primer día de clases. O al menos, el primero que recordaría.-¡Adiós Marinette!-dijo mamá cuando Alya se pasó a recogerme.-Alya, cuida de ella y mantente a su lado todo el día.
-¡No se preocupe, señora Cheng!-dijo Alya haciendo un ademán con la mano.
Nos cogimos de la mano y fue todo el camino contándome cosas sobre el colegio, mis amigos etc.
Llegamos a la puerta. Alya dio un salto y se subió en el primer peldaño.
-¡Vamos Marinette!-me tendió la mano la de ojos de color miel.
Yo la cogí de la mano algo vergonzosa. De pronto, se escucharon voces que venían hacia mí.
-¡Marinette!-se acercó una rubia de ojos color cielo.
La chica se abalanzó sobre mí y me dio un abrazo. Alya miró con cara de sorpresa.
-¡Marinette, mi más mejor amiga!- exclamó la chica.
-Ho...hola.- saludé tímidamente y la tendí la mano.- Tú debes de ser Chloé.
-¡Sabía que no te olvidarías de mí, como éramos tan buenas amigas!...
-Em... No pretendo ser grosera.-dije y me la aparté de encima.- Pero tú y yo no nos llevabábamos bien antes.
-¿Qué?-dijo con una mirada fulminante sobre mi amiga mientras ésta se cruzaba de brazos.- ¡Sabrina!
Llegó una chica con el pelo anaranjado y gafas a toda prisa.
-Tú debes de ser Sabrina.- dije.
La chica sonrió, y Chloé le dio un tirón del bolso y se fueron.
-¡No tengo tiempo para esto!-se le escuchaba quejarse.
Alya y yo soltamos una risita y nos tapamos la boca con el dedo.
-Hola.-alguien me tocó en el hombro. Me di la vuelta bruscamente y miré.
-Hola Adrien.-saludó con la mano la morena.
-Hola Marinette.- dijo el rubio sonriente.- ¿Te acuerdas de mí?
-No, lo siento.-dije encogiéndome de hombros.
-¿Ni siquiera un poco?-insistió el de ojos verdes.
Negué rotundamente con la cabeza.
-No te preocupes.-dijo mientras me acariciaba el cabello y me cogía de la mano.-Pronto lo harás.
¿Cómo se atrevía a tratarme así? ¡Ni que fuera su novia! O, ¿tal vez lo era? No. Abolí esa idea por completo. Me aparté bruscamente de él y entramos en el colegio. Suspiré hondo. Sabía que el día iba ser largo.
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MIRACULOUS ⼀ MA PETITE COCCINELLE (2016)
Fiksi PenggemarTodo gran héroe comete errores. Ladybug lo hizo. Pero ese error puede ser tan grande, tan perjudicial que hará que ambas caras resulten implicadas. Ese error puede hacerla caer. Ese error puede hacerla olvidar. Olvidar como amar. Como amar al amor d...