2

290 12 1
                                    

¿Amenaza?

- El presidente de la república: Juan Manuel Santos, se comunicó públicamente por medio de nuestro canal. Aquí su opinión al respecto, - el icono se postra en la pantalla rápidamente para dar paso a las declaraciones del presidente.

- Buenas tardes. El día de hoy alcanzamos a recibir un fuerte golpe terrorista a la alcaldía mayor de Cali. Creemos que es un truco para alterar el sistema. No sabemos sus verdaderas intensiones, pero me atrevo a decir que el tratado de paz que hemos estado trabajando por estos largos años se está desequilibrando. Ahora le hablo directamente al jefe terrorista de las FARC: por favor señor Timoleón Jiménez, no lleguemos a actos inconscientes, brutales y feroces que solo acabarían en guerra. Podemos crear una mejor sociedad. Juntos. Somos una familia, y como hermano rechazo todo desorden social rebelde, - los aplausos estallan atreves de la pantalla.

Miro a Ángela que esta con una sonrisa jocosa.

- Es un poco absurdo que se pongan a dar un golpe nacional a uno de los edificios más importantes en ese municipio, si no se han registrado heridos o muertos, ¿qué razón tienen? - Dice ella con ironía, pero en realidad tiene mucho sentido ¿qué razón tienen para atacar un edificio si no se presentan heridos, o incluso muertos?

- En realidad es un poco curioso, imagina las personas allá. En Cali. Qué horror. Pero bueno, ignorando un poco el tema, ¿cómo te sientes?

- Cansada, quiero ir a mi casa, estar con mi madre, estoy exhausta de las enfermeras que vienen con medicamentos, los doctores y su bello sermón: "¿Estás bien?" – Contesta con una pequeña risa al final. Su risa que me saca por momentos de problemas, que me saca del lugar en donde estoy, que me saca de mis pensamientos haciendo que solo me concentre en ella.

- Bueno señorita Torres, hoy es tu día de suerte, sales conmigo. Mi padre se las arreglara para sabotear a un doctor y dejarnos salir. – Le comento traviesamente.

- Eres un tramposo - dice ella dándome un suave empujón en mi brazo derecho y sonriendo esperanzada.

En ese momento su mirada queda intacta ante mis ojos. Mi mano derecha se acerca en su cachete para acariciar su piel, Ángela no se niega y busca protección en ella. Me le acerco. <<Es hora>>, ella lentamente cierra los ojos y exhala suavemente a quince centímetros de mi rostro, sabe lo que significa, sabe que por fin la he estado esperando, no anda con rodeos, no juega con esto, es perfecta. Cierro los ojos para que el momento se haga especial, excepto por el hecho de que estamos en un hospital, heridos.

- Herman..., - interrumpe mi hermano. <<¡Idiota!>> pienso. – Disculpen, pero mi padre llamo a tu mamá Ángela, pregunta que si quieres salir ya.

Ángela me mira con una cara picaresca, y yo le devuelvo una risa silenciosa.

- Por favor – dice aliviada con una sonrisa intacta.

- Prepárate Santi, saldremos en poco tiempo. – Asiento.

                                                                 ****

Al dejar a Ángela en su casa no dejo de pensar en que casi rozamos labios, me da ira que mi hermano nos hubiera interrumpido, al menos, me quedo con el pensamiento de que el sentimiento es mutuo.

Al llegar a mi apartamento estoy un poco cansado, tal vez no debí salir del hospital, pero en fin, estoy en mi hogar y si es necesaria una visita médica mi padre la hará venir.

Mientras subimos en el elevador nadie dice palabra alguna, ya entrando en el apartamento mi hermano dice:

- Santi, mi padre y yo hemos decidido cuidarte con un horario especifico, cada día, uno de nosotros vendrá para supervisar tu salud ya que te sacamos del hospital suciamente. – Asiento.

Me recuesto en la cama, mi hermano sale brevemente después de que me ayuda a ponerme cómodo, mi padre está en la sala, me dejó un espacio para poder descansar.

                                                                ****

Hay sangre en el suelo, el fuego se propaga brevemente por las casas, las explosiones de automóviles son muy ligeras y salvajes. No tengo visión nítida, pero reconozco esos gritos donde fuera que quiera, Ángela está arrodillada en el suelo y una sombra en frente de ella. Grito desesperadamente mientras golpeo el suelo, cierro los ojos casi tratando de escapar de la sensación de miedo que me recorre por el cuerpo, las gotas de sudor me escurren por la frente casi bañándome entero. Al abrirlos, estoy parado en los escombros, no reconozco el sector, pero si quienes están a mi alrededor en el suelo, sin vida: a un metro de distancia esta mi hermano en frente, con el rostro ensangrentado. Mi padre a la derecha en la misma distancia pero boca arriba y con manchas de sangre en sus prendas superiores. A mis espaldas, casi en mis pies, ella, con un balazo en la frente y la sangre escurrida en un chorro...

Despierto aterrado. Me obligo a sentarme y recostándome en el posterior de la cama. Alzo mi brazo derecho que tiembla con tanta inseguridad que reviso mi brazo enyesado que forcejea por temblar. Recojo mis piernas y pongo mi cabeza en ella, el sudor me baja por el rostro, por la espalda y el pecho. Reviso el reloj, 12:30 A.M.

Exhalo, me cuesta mucho volver a retomar mi sueño, así que doy caminatas por la habitación, me asomo al balcón, me sostengo con la mano buena en la baranda y me quedo contemplando la luna, una luna tan plateada tan brillante que... escucho gritos, hombres, mujeres, niños, disparos..., caigo al suelo con una respiración bastante rápida y sosteniéndome ahora por mis rodillas, me agarro de la baranda que parece bastante alta y me pongo de pie, <<No puedo seguir así. Tengo miedo>>, no sé de qué, siento temor por las vidas de las únicas personas que me importan. Necesito descansar.

Lentamente camino de vuelta a mí habitación con un ligero mareo, rebusco el celular entre mi mesa de noche que está al lado izquierdo de la cama, lo saco del cajón, lo enciendo y entre mis redes sociales encuentro a Ángela conectada:

SANTIAGO: Ángela... ¿Cómo estás?

ÁNGELA: Santi, está un poco tarde, ¿no crees? Jeje

SANTIAGO: Quería saber cómo te encuentras...

ÁNGELA: Bien Santiago, mi mami toda linda me atiende y me consiente.

SANTIAGO: Me alegro Ángela. En serio, ¿te encuentras bien?

ÁNGELA: Si Santi, te lo juro, ¿Luego?, ¿Pasó algo?

SANTIAGO: Si...no, no me hagas caso.

ÁNGELA: Te siento alterado, cuéntame, si deseas claro.

SANTIAGO: Aggg Ángela, tengo un mal presentimiento. De todos. Temo por la vida de mi padre, de mi hermano y...

ÁNGELA: ¿Y...?

SANTIAGO: Incluso la tuya...

ÁNGELA: Santi, relájate, enserio no he de ser nada malo, necesitas descansar, o si no, devuélvete al hospital.

Su comentario me hace reír un poco, pero al menos ella me consuela a través de una pantalla...

SANTIAGO: Iría de vuelta al hospital si me diagnosticaran: "loco de amor por Ángela", jajaja...

ÁNGELA: Santi, estoy un poco cansada, al amanecer me cuentas que tal sigues, te quiero amigo.

SANTIAGO: Descansa, también te quiero.

<< ¡Soy un imbécil! ¿Cómo le voy a decir eso?>>, pienso mientras regreso a la cama, avergonzado de lo que siento. Avergonzado de que no me acepte como soy.

La noche es larga, mi vida igual, si estoy destinado a ella, solo el tiempo lo sabrá.

TIERRA DE NADIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora