Milo siempre llega tarde a los ensayos de su banda. De hecho, impone una disciplina férrea en torno a la puntualidad, la calidad y la precisión. Y castigos muy -demasiado- severos. Pero no sigue sus propias reglas. Como buen vampiro, es una verdadera estrella de rock. Una vez más, otra pelea con su padre le ha hecho perder varios minutos y, aunque podría desmaterializarse del estudio del sillón de terciopelo verde y reaparece en el subsuelo donde ensayan, solo ganaría unos pocos segundos y se desgastaría demasiado. Los saltos de un lugar a otro de los últimos días lo tienen agotado; además de que, como en el fondo es un romántico, rehueye a los medios de transporte sobrenaturales y prefiere cosas más humanas. Los autos descapotables, las motos antiguas e inclusive caminar por la escalera angosta y polvorienta que lleva a los niveles de la mansión sepultados bajo tierra, donde suceden las cosas más macabras. Ritos de iniciación, torturas y castigos a los descarriados, desmembramiento de enemigos y ensayos de punk gótico.
El sótano huele a transpiración, a cigarrillos y a una cerveza rancia que alguien volcó en el piso hace meses. El cantante entra pateando la puerta y con una sonrisa falsa. En vez de acoplarse a la canción o esperar a que terminen -la banda toca una versión algo desordenada de "Simpathy for the devil", un clisé al que le tienen algo de cariño: fue una de las primeras canciones que tocaron juntos- interrumpe a los gritos delante del micrófono.- Amigos, tengo grandes noticias - dice con tono solemne cuando finalmente la banda hace silencio.
- ¿Nos vamos de gira? - pregunta Diego, el baterista, semidesnudo detrás de su instrumento.
- No - Milo se hace el misterioso.
- ¿Vamos a tocar en un estadio? - el bajista sabe que no hay chances, pero decide jugar el juego.
- Frío, frío.
- ¿Un festival? - arriesga el guitarrista, mientras se descuelga su "cola de tirburón".
- Gélido, mi estimado.
- Conseguiste "combustible" - la voz profunda de "Teclas" asoma desde detrás de su inamovible capucha. Y no está haciendo una pregunta, es una afirmación.
- ¡Y tenemos un ganador!
- ¿Y quién es la afortunada? - se suma el baterista.
- Se llama Zoe, va a mi escuela - responde Milo.
- Hasta donde sé, no ha pasado nada con Zoe - nadie puede ver la sonrisa de Teclas, con su cara oculta en las sombras, pero todos imaginan que sonríe con cinismo.
- Solo rumores - ladra Milo.
- Para eso están las arpías, Milo - continúa "Teclas" - Para traernos rumores.
- ¡Cinthia! ¡Voy a...! - el cantante está al borde de la furia, pero se detiene un segundo; mira con frialdad al tecladista y luego, los ojos le brillan - Zoe tiene que entregar su sangre por propia voluntad. Y sí, es cierto, como dice el amigo - señala a Teclas - eso es aún una cuenta pendiente. Pero créanme que hemos hecho grandes avances. Todo se define en nuestro próximo show, el sábado, en La Bodega. Zoe tendrá acceso a los camarines. Y todos beberemos, y seremos felices.
- Ver para creer, decía Santo Tomás - murmura "Teclas". A Milo la cita bíblica le trae un recuerdo amargo.
- Y algo de razón tenía - responde - No por nada era uno de los nuestros. Pero ya verás, ya verás.Todos ríen y festejan. La perspectiva de que pueda entrar sangre nueva, fresca y pura en el circuito local de los hijos de la noche los entusiasma. Ya hace demasiado tiempo de que han tenido la última dosis de buen alimento. Llevan más de medio siglo sobreviviendo con lo que se puede conseguir. Muchos se han debilitado, los cazadores los han encontrado y han podido matarlos rápido. Y, aunque la situación aún no es crítica para la comunidad, podría volverse más comprometida si no hacen algo al respecto. Hacerse más fuertes le demostraría a todos la capacidad de liderazgo de Milo y entonces...
- Pero Zoe no es la única buena noticia, amigos - agrega el cantante tras un silencio - En muy poco tiempo, mucho menos del que imaginan, habrá un importante cambio en la familia.
- Un nuevo jefe - corea "Teclas", que ya lo imagina.
- Esta tribu necesita un nuevo cacique, joven, fuerte e innovador.
- Lástima que eso no vaya a suceder mientras tu padre viva.
- Un problema menor, puede solucionarse - Milo tiene la boca y los ojos iluminados por una picardía casi infantil.
- ¿Vas a matarlo? - el baterista suena ligeramente escandalizado al preguntar.
- No hay otra forma - murmura Milo - No piensa retirarse y ceder el control.
- Ni los mejores cazadores han podido con tu padre - agrega "Teclas".
- Yo podré.
- Ya lo has intentado y no pudiste - el tecladista es implacable.
- Esta vez sí.
- Conseguiste un arma.
- ¡Exacto!
- Espero que sea lo suficientemente poderosa.
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Hijos de la Oscuridad
VampireLa chica buena y el chico equivocado. El mejor amigo nerd y una misteriosa agencia de cazadores de vampiros. El lugar donde Buffy se cruza con El Padrino y donde Crepúsculo suena a guitarras a todo volumen. Una historia de amor, sangre y rock.