CAPITULO IV, DEMMA

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Espero lo disfruten :D y por favor, comenten. Saludos.

CAPITULO IV, DEMMA

FER ATEM, CASTILLO NEGRO, REINO DEL FUEGO.

                — ¿Y el imbécil de Akal? —pregunto Mirro, el auto proclamado Comandante de la rebelión del fuego.

—Tomo al chico y se dirigió al castillo gris —respondió Raita.

—Un buen susto se llevaran esos disque reyes jajá, ese tonto hace bien su trabajo —rio Mirro, mientras se volteaba y caminaba hacia el trono negro.

— ¿Qué haremos ahora?

—Esperar... —dijo, sentándose, con la risa burlona que acostumbraba.

—Esperar ¿qué? —pregunto curioso Raita.

—La orden de Akal.

— ¿Y no eres tú, el Comandante?

—Sí... lo soy. Pero Akal es un maldito Demma —dijo Mirro con la sonrisa de oreja a oreja y los ojos abiertos en todo su esplendor —. Jamás se me ocurriría llevarle la contraria.

— ¿Demma?

— ¿Acaso naciste en el reino del agua? —pregunto de manera odiosa —. Un Demma puede crear el fuego —dijo con asombro, extendiendo sus brazos.

—Eso es imposible —dijo Raita sorprendido, tratando de entender como aquello podría ser posible—. Solo podemos controlarlo con nuestro arte, es imposible crearlo.

—Definitivamente has pasado demasiado tiempo en el castillo ese, siempre hay excepciones. De hecho Akal es piromante también.

Raita se quedó en silencio un momento, intentando imaginar a Akal creando el fuego y efectuando ritos mágicos.

— ¿Piromante?

—Raita, preguntas demasiado, mejor espera a verlo por ti mismo. Será mucho más entretenido jajá.

— ¿Y una vez que dé la orden?... ¿Qué tendremos que hacer? —pregunto Raita ya con las emociones apaciguadas.

—Noto cierta preocupación en tus preguntas. Sera que tanto tiempo en el castillito ese, te ha nublado la cabeza.

—Dijiste que traerías a Oss y a Kii al castillo negro, que este era el lugar desde donde debían reinar y no desde las tierras del agua.

—Así es, eso dije. Pero he cambiado un poco de opinión —sonrió.        

— ¿A qué te refieres?

— ¡Jamás recibiré ordenes de ningún hombre que halla preferido las tierras del agua, a las del fuego! —exclamo frunciendo el ceño —. ¡Oss ha renegado de su reino! ¡No vive como la gran mayoría de los hijos del fuego!... Se ha reído de su elemento, comiendo y bebiendo lo que no le pertenece, estoy seguro, que Seb los castigara...  Dime Raita... ¿Hace cuánto  que  no te comes un demonio?

Raita guardo silencio. Un demonio era una clase de perro robusto y fibroso, de poco más de un metro y medio de alto y casi dos de largo, era la comida preferida de los hombres del fuego. Raita ni siquiera era capaz de recordarlo.

—Lo sabía... ¡Soy Mirro Clatt, hijo del fuego, mi pecho se infla por las llamas, por mis venas fluye lava, respiro humo y cenizas, y bebo hierro fundido! Mi orgullo es la pasión que el fuego y estas tierras despiertan en mí. Solo pondría un pie fuera de mi reino para hacer sentir mi espada en las entrañas de mi adversario, porque con el fuego no se juega... A menos que seas un hijo del Fuego por supuesto jajá.

FATA     (SAGA Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora