Dialogando sin que me mate.

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Baje las escaleras y choque contra alguien, era mi "hermano",  genial pensé, aun así solo sonreí.
—Feliz cumpleaños, espero está fiesta sea de tu agrado aunque lo dudo — poso aquellas piedras preciosas sobre mi, me miro un poco, lo que solo logro hacer que me sintiera incómodo.
—Pues estas en lo correcto, me vuelven loco estas ruidosas fiestas — hizo una mueca de disgusto.
—Vamos a otro sitio, no va ser lindo pasar así tu cumpleaños — pensé que se negaría y me mandaría a freir monos a otro sitio pero para mi sorpresa no fue así. Nos alejamos del bullicio caminando entre la gente hasta salir de la sala y poder ir a la zona sur de la casa donde habia un balcón y en la esquina derecha de éste una mesa de dos, a la izquierda unas sillas de descanso plegadas con unos puffs azules y el sillón de cuero negro, nos situamos en el sector izquierdo,  yo en los puffs y él en el sillón.
—Al menos alguien sacó provecho de ésa fiestalo miré mientras arqueaba una ceja en señal de no estar entendiendo, cuando dijo aquéllo estaba con las piernas estiradas una sobre la otra con sus manos apoyadas sobre la mesa y su cara sobre ambas manos—. Vamos sé que dormiste con Karin, los ví yendo a tu habitación mientras escapaba del ruido y las personasmi cara era todo un poema en ése instante, no puedo creer que justo él nos viera.
—No es lo que piensas...— me corto y hablo.
—No me debes ninguna explicación ya eres un adulto y además es una chica fácil no me sorprende...
— Callate y déjame explicarte, no me acosté con ella porque quisiera, ésa mujer me amenazó con algo que no puedo decir hizo un gestó y puso en blanco los ojos en señal de no creerme nada.
—No soy papá o tu madre relájate puedes acostarte con quien quieras, no inventes excusa y por cierto odio las mentiras.
—No es ninguna mentira y no puedo acostarme con quien quiero.
—Eres guapo, inteligente, atlético, simpático, carismático y no puedes acostarte con quien quieres, eres extraño  me acerqué y le robe un pequeño y dulce beso de aquéllos labios que llevaba anhelando tanto tiempo los cuales tenían un sabor a frutillas con un poco de alcohol.
Me alejé despacio esperando un golpe o algo de su parte, pero al no sentir el golpe lo mire y vi una expresión que jamas imagine en él, estaba colorado hasta las orejas con los labios levemente separados y dos dedos rozaban sus labios luego me observó unos segundos en silencio.
—Que..que fue eso — tartamudeo y inhalo profundamente al terminar de hablar.
—Fue un beso — respondí obviandolo provocando una mirada furiosa de su parte.
—Quiero decir a que vino aquél beso, por qué, que motivos tenias para besarme.
— Uhm — caí en cuenta de lo que acababa de pasar no debió pasar, pero por qué no me ha golpeado o insultado—. ¿ Por qué no me has golpeado o insultado llamandome marica asqueroso o algo de aquéllo?
— ¿Qué?, no me das asco, bueno no sé — se levantó tambaleándose un poco y se fue dejándome sin una respuesta, fue cuando me percaté de que él se encontraba borracho y ahí comprendí porque vino conmigo.
Al día siguiente, nos volvimos a ignorar uno al otro, ninguno dijo una palabra del asunto nunca más. Luego de aquéllo fui transferido a estudiar en el extranjero los últimos 4 años de carrera, esta de más mencionar que nadie fue a mi graduación ni tampoco recibí alguna carta de felicitaciones de parte de mi familia.
Volví a casa ése verano, no sabía que haría con mi vida, estudié psicología y además hice cursos de fotografía que según mi mamá y su esposo eran una pérdida de mi tiempo y podría haber estudiado algo que sacará mas provecho a mis habilidades y memoria, ellos querían que estudiará abogacía o algo relacionado con administración, ingeniero, lo que fuera que me diese dinero pero me negué.

Hermanastros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora